El golf, casi una religión en EE. UU.
La popularidad del golf y, en especial, del Master de Augusta se refleja en los días previos de entrenamiento donde miles de niños y adultos llegan por las estrellas.
EL DETALLE
do, dos millones de dólares.
Hasta 1991 no admitieron a un socio negro, Ron Townsend, presidente del grupo Gannettt Television, quien hoy modera en ocasiones las entrevistas a los jugadores. Y hasta hace un pestañeo, 2012, no entraban mujeres.
Tiger Woods, en el Masters de 1997, se consagró ahí como el primer golfista afroamericano en ganar un grande, símbolo definitivo de un cambio, ya que hasta 1983, ni los golfistas podían llevar al Masters sus propios caddies. Los ponía el club, que entendía además que los suyos eran los mejores conocedores. Y todos eran negros, como el resto del servicio.
Esa “excentricidad” trasciende a la cancha. A 90 días del inicio se empieza a cortar la hierba dos veces cada mañana. En la semana del torneo, cuatro cortes por la mañana y dos por la tarde, de lunes a domingo, y todos los meses se mide su nivel de nitrógeno.
El Masters no es para todos. El único grande organizado por un club privado invita a los jugadores mediante una carta por correo ordinario. Si el sobre no aparece en el buzón, el deportista no va. Sea Tiger Woods o el número uno del mundo. Tampoco toda la prensa la tiene fácil. El club es reticente a acreditar a medios solo con edición digital. En el campo, no se ve un solo elemento de patrocinio: los ingresos vienen de la televisión. La comida, como los tradicionales sándwichs de pimiento envueltos en plástico verde (de ese color para no estorbar la imagen televisiva), es barata, porque así lo querían en su época los fundadores.
El club se lleva como un hotel de cinco estrellas. Si un socio quiere una botella de agua a las cuatro de la mañana, ahí va. Y si va de invitado, los asistentes tienen prohibido entrar teléfonos móviles, cámaras y sillas con reposabrazos, y tampoco deben llevar la gorra al revés (un guardia de seguridad reprendió por ello a dos seguidores el martes pasado). Los pases se heredan entre generaciones y hay fans entregados, como la pareja que llamó a su hija Tori Augusta National... todas particularidades y más particularidades de este santuario del golf mundial.