Para eso son elegidos
Es vergonzoso que los políticos usen el calificativo de “político” para connotar negativamente un tema. “Eso es político” dicen, como si ellos no lo fueran, o como si las cuestiones a su cargo pudieran no serlo.
Y de ese primer sofisma nace otro. En la Asamblea resulta ahora que hay los que se alinean públicamente con una redistribución de dignidades -vocalías del CAL y presidencias de comisionesy otros que dicen que no se prestarán a esa negociación. Estos dicen que no se prestan al “negociado”, “al toma y daca” y a toda una suerte de clichés ridículos en boca de un legislador.
Negociar, regatear, recibir y hacer concesiones liderando pacíficamente un proyecto de sociedad es lo que hace un legislador. Para eso son elegidos. Distinguir si se trata de un “toma y daca” o de un “reparto” no tiene al final del día ningún sentido, pues el éxito político de cada uno de los 137 legisladores depende de su capacidad para lograr acuerdos, asegurar votos y consolidar mayorías.
El argumento que sostienen los que boicotean la negociación parlamentaria, connotándola negativamente, sería que ellos solo debaten y regatean sobre ideologías y programas políticos. Pero eso es además de un despropósito, una mentira.
Las ideologías y los programas políticos se traducen en asignación de recursos. Y la firma de los cheques -y los pagarés- recae sobre alguien cuyo cargo es, por ende, político.
Dos reflexiones finales e invitación a los legisladores: 1.- Los sistemas de seguridad social nacieron en Europa como concesión preventiva de la derecha, en el período entre guerras, ante el riesgo
Las ideologías y los programas políticos se traducen en asignación de recursos. Y la firma de los cheques -y los pagarésrecae sobre alguien cuyo cargo es, por ende, político’.
de que el joven comunismo soviético infiltre esas naciones con políticas más extremas. Ese es un ejemplo de negociación parlamentaria que muestra a la vez elementos ideológicos y clara asignación de recursos, como son todos los cambios en política. 2.- El populismo, los extremismos y nacionalismos modernos son alimentados por la desazón y el desarraigo que siente el pueblo ante estériles discusiones, que además de costosas, retrasan el bienestar general. Piensan que ignoramos quiénes son, pero se equivocan.