Diario Expreso

Siglo XXI

- ABELARDO GARCÍA CALDERÓN colaborado­res@granasa.com.ec

Cuando la palabra inconexa y altisonant­e constituye poesía, cuando la rima y la melodía se difuminan ante la descarnada idea y el ritmo, cuando la realidad se muestra tan cruel y cruda que rebasa lo esperado, debemos aceptar que vivimos otra época.

Cuando la imposibili­dad se desvanece en las manos de la ciencia y la tecnología, cuando la ética y la espiritual­idad se rasgan por intereses subjetivos. Cuando los padres concurren a juzgados acusando a los hijos de maltrato; cuando la autoridad y el respeto se esfuman, cuando los roles se pierden y confunden, estamos en el siglo XXI.

Sin duda, tiempos duros y difíciles los que debemos caminar, pues el “yo” que va sobre el “nosotros”, lo “mío” que se impone a “lo nuestro” hacen difícil el proceso de educar y formar.

Mas, necios seríamos si nos dejásemos llevar por el desaliento, si nos encogiésem­os de hombros y si nos resignásem­os obsecuente­s ante los modelos y propuestas vigentes. El educador, entre otros hombres de vocación y profesione­s que tienen que ver con la persona, debe alzar la frente, marcar el paso y enfrentar los retos.

Decimos esto porque en ocasiones los confusos roles y el ningún interés por asumir las consecuenc­ias de lo causado, hacen que más de uno se pierda y no vea con claridad la trascenden­cia de la labor que ejerce.

Más allá del porque “me gusta”, más allá del porque “me pagan” debemos de reconocer el sentido, la importanci­a y la proyección

El siglo XXI nos exige por tanto, asumir con claridad y a cabalidad nuestro rol’.

de nuestro trabajo, que no termina en nosotros mismos, ni siquiera en nuestra realizació­n personal, sino en el bien que hacemos a quien recibe sus resultados.

El siglo XXI nos exige por tanto, asumir con claridad y a cabalidad nuestro rol, a entenderlo y ejercerlo a plenitud, seamos padres, educadores, psicólogos, científico­s, artistas.

Que el padre no se asuste porque forja, porque limita, porque niega. Que el maestro no tema porque pule, exige, corrige, pues si bien la tierna caricia y la cálida palabra son necesarias, no lo son menos las normas que han de formar a estos niños y jóvenes, que mientras claman por sus derechos, rompen en sus manos todo aquello que implique deber.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador