Lula negocia su rendición
El exmandatario brasileño deja expirar el plazo para su entrega voluntaria a la justicia ❚ Seguía atrincherado en Sao Paulo ❚ No lo consideran un prófugo
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva no es un prófugo por la justicia, pese a no haberse entregado dentro del plazo fijado por el juez Sergio Moro explicó ayer la asesoría de comunicación del magistrado.
“Lula no incumplió una orden judicial. Le fue dada la oportunidad para que se presente ante la justicia sin necesidad de que tenga que intervenir la policía. Pero todo el mundo sabe dónde está”, dijo.
LAS FRASES La Operación Lava Jato fue mucho más lejos de lo que los políticos de los principales partidos y hasta el propio Temer creían. Cuantos menos traumas tenga la ejecución de la orden, mejor. Ahí es cuestión de consenso. LEYES PRESIDIO
“Solo puede ser considerado con pedido de búsqueda o prófugo si la policía lo busca y no consigue localizarlo”, añadió.
Más de una hora después de la hora señalada, el expresidente saludaba a miles de manifestantes congregados frente al Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campos (afueras de Sao Paulo), donde permanece desde la noche del jueves, cuando fue emitida la orden de arresto.
El documento precisaba que podía presentarse “voluntariamente a la Policía Federal en Curitiba hasta las 17:00 de ayer.
Al cierre de esta edición, entre versiones de negociación entre los abogados de Lula y las autoridades para una posible entrega, el diputado Ze Geraldo del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), de Lula, dijo que el líder de 72 años pasará la noche en el sindicato en el que inició su ascenso político hasta la presidencia (2003-2010).
“Ya está definido: Lula no va a Curitiba (sur). Vamos a pasar la noche aquí. Esa decisión ya fue tomada (...), después se negociará cómo sigue”, señaló desde el interior del edificio.
Un comisario de la PF en Curitiba, Igor Romario de Paula, afirmó que Lula podría entregarse en cualquier otro lugar, para ser trasladado desde allí a la ciudad meridional.
Frente a la sede sindical de Sao Bernardo, la determinación dominaba. “Estaremos aquí el tiempo que haga falta. Hay gente decidida a todo”, dijo Luciano Oliveira, de 24 años. “No debe entregarse, porque uno se entrega cuando hizo algo errado y él no es culpable”.
“Si querían a Lula en Curitiba, espérenlo sentados, porque Lula no se entregará”, arengó por su lado a la multitud el dirigente del PT, Paulo Pimenta.
Lula fue condenado a doce años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero, como propietario de un apartamento ofrecido por una constructora para obtener contratos en Petrobras.
El expresidente ya estuvo 31 días detenido en 1980, cuando dirigía las grandes huelgas obreras contra la dictadura militar (1964-1985).
La Operación Lava Jato, que puso al descubierto el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil, dio el jueves un zarpazo mayor, cuando Moro ordenó la detención de Lula.
En cuatro años, los jueces de Lava Jato pronunciaron unas 190 condenas contra empresarios y políticos de primer plano y de casi todo el espectro parlamentario.