Diario Expreso

E-mail: jorgedelga­doguzman31@gmail.com El primer Clásico del Astillero oficial se jugó en 1951

- EFE

La rivalidad entre Emelec y Barcelona, por la supremacía en el sur de la ciudad, tenía no solamente al fútbol como plato principal, sino también al béisbol, disciplina que comandaba George Capwell por los eléctricos y Victoriano Arteaga por el Barcelona; además en el box con Ruffo López por los azules y Pedro Valdez por los amarillos, todos ellos eran atractivos y noticia, y llenaban el tradiciona­l coliseo Huancavilc­a.

El primer clásico del que se tiene noticias se jugó en el estadio Guayaquil, después Ramón Unamuno, un 22 de agosto de 1943 con victoria del Barcelona por 4 a 3.

Era la época romántica en la cual los jugadores salían equipados desde sus casas, listos para enfrentar al polvo, la sarteneja y las distancias con tal de practicar su deporte favorito. En esa época el arquero no podía dar más de tres pasos sin botear el balón. Si sucedían o se efectuaban 3 ‘córners’ seguidos, el árbitro tenía que pitar un penal.

El Clásico ya oficial se jugó en 1951, donde ganó Barcelona 3 a 1. Tuve la suerte de debutar en el mismo, en mi posición de arquero. En uno de los muchos clásicos que tuve que jugar, Emelec tenía un puntero izquierdo argentino llamado Juan Pizauri, jugador hábil, valiente, encarador, que tuvo que enfrentar a Juan ‘El Sambo’ Benítez.

En una jugada en que se escapó Pizauri, Benítez alcanzó a darle una “caricia” en una de sus piernas; el argentino siguió en la jugada, hasta que Benítez le gritó al Pibe Sánchez: Remátalo Pibe, que ya va herido.

Hoy que ya hemos rebasado los 200 Clásicos del Astillero, estoy seguro que la afición, nunca perderá el interés por estas confrontac­iones, venidas con la emoción y el cariño que cada partidario tiene con su divisa y por el barrio del Astillero.

En la foto que ilustra este artículo, todos mis compañeros han fallecido. Quizá están masajeados y equipados esperando que, el árbitro del universo apenas yo llegue, haga sonar su silbato y les diga: jueguen muchachos. HOUSTON ■ El segunda base venezolano Asdrúbal Cabrera jugó con bate explosivo y pegó par de vuelacerca­s, mientras que su compatriot­a el abridor Félix Hernández recuperó la forma y con un trabajo sólido sobre el montículo se acreditó el triunfo, además de ser los peloteros latinoamer­icanos más destacados en la jornada del béisbol de las Grandes Ligas.

Cabrera pegó dos cuadrangul­ares, y su compatriot­a, el inicialist­a Wilmer Flores agregó uno en la victoria de los Mets de Nueva York, que vencieron a domicilio 68 a los Marlins de Miami.

En el montículo Hernández trabajó poco más de cinco episodios y los Marineros de Seattle vencieron como visitantes 3-8 a los Reales de Kansas City.

Hernández estuvo sobre la lomita cinco entradas y dos tercios, permitió seis imparables, jonrón y tres carreras, dio una base y ponchó a tres bateadores para conseguir su segunda victoria en lo que va de temporada.

 ??  ?? El Barcelona de 1951. La plantilla. Arriba: Galo Solís (i), Manuel Valle, Carlos Sánchez, el autor de esta columna, Jorge Delgado; Juan Benites y Heráclides Marín. Abajo: Jorge Rodríguez (i), Enrique Cantos, Sigifredo Chuchuca, José Vargas y Guido...
El Barcelona de 1951. La plantilla. Arriba: Galo Solís (i), Manuel Valle, Carlos Sánchez, el autor de esta columna, Jorge Delgado; Juan Benites y Heráclides Marín. Abajo: Jorge Rodríguez (i), Enrique Cantos, Sigifredo Chuchuca, José Vargas y Guido...

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