Captura fallida a Guacho, la antesala al secuestro
Días antes de la desaparición de los trabajadores de El Comercio, los militares tuvieron al alcance al líder criminal
Llevaban meses vigilándole de un lado y del otro de la frontera. Tenía un dispositivo de rastreo en una de sus baterías portátiles que nunca dejaba atrás. Consiguieron cercarle hasta tenerle a escasos metros de distancia, en una operación que, finalmente, resultó fallida. Los cuerpos de seguridad de Colombia ejecutaron una misión de captura contra Walter Arizala, alias Guacho, líder de la disidencia de las FARC que no se ha acogido al proceso de paz y que ha despertado las alarmas de Ecuador y del país vecino. Es el responsable también de las muertes de los tres ecuatorianos secuestrados.
“En un momento estuvieron muy cerca de dar con él: se logró insertar un dispositivo de rastreo en una de las baterías portátiles que usaba con frecuencia el guerrillero para sus teléfonos. Un viejo truco de inteligencia: así fue como dieron con el campamento del Mono Jojoy en 2010, por ejemplo”, relataba ayer el colombiano El Tiempo, que ha-
OPERACIÓN.
bía accedido a todos los detalles de la operación.
El trabajo de inteligencia y rastreo había conseguido localizarle, días antes del secuestro. El dispositivo le ubicaba en las montañas de Nariño, el departamento colombiano fronterizo. “Más de tres meses fueron necesarios para planear detalle a detalle su arresto y dar fin a un dolor de cabeza binacional. A mediados de marzo de este año todo estaba listo para el operativo. Las cabezas del Gobierno ya habían dado luz verde”, desveló la publicación colombiana. Pero un paso en falso frustró la operación cuando estaba a unos metros de él. Guacho salió huyendo con solo dos de sus guerrilleros de un grupo de treinta y dejó atrás todos sus elementos personales. Incluida la batería con el rastreador.
La Policía colombiana, encargada de la operación, trató de recuperar el rastro de su escondite, en mitad de una selva que conoce a la perfección de sus años como miembro de las FARC. Sintiéndose acorralado, Guacho no dejó de cambiar de posición. Al mismo tiempo que Paúl Rivas, de 45 años, Javier Ortega, de 32, y Efraín Segarra, de 60, se adentraban en Mataje, tras pasar un control militar.
“Guacho, cree la Policía, vio en los periodistas el distractor perfecto para alejar de él la persecución, logrando que los reflectores de las autoridades se posaran en la región de Mataje, provincia de Esmeraldas, donde se perpetró el secuestro”, asevera El Espectador. Así, el equipo periodístico de El Comercio se convirtieron en los tres primeros civiles ecuatorianos víctimas del conflicto con el narcoterrorismo de Colombia. Para terminar de zafarse de las autoridades, el grupo irregular hizo explotar infraestructura eléctrica de Tumaco, dejando sin luz a los pueblos de alrededor y obligando a los cuerpos de seguridad a acompañar a los funcionarios encargados de la reparación.
DETALLES DE LA MISIÓN