Diario Expreso

De vuelta a clases, ¿con el cabello teñido y con piercing?

Un grupo de colectivos presentó una queja pidiendo el respeto a la libertad estética de los estudiante­s ❚ El Ministerio se pronunció y se abrió la polémica

- CYNTHIA FLORES RODRÍGUEZ floresc@granasa.com.ec ■ GUAYAQUIL

Ana quería un cambio radical de look y aunque sus padres no estaban del todo convencido­s, finalmente cedieron. Ese fin de semana, la joven, de 16 años, dejó su cabello castaño claro por ese tono azul que tanto deseaba. Pero la alegría le duró poco. Apenas llegó el lunes y entró al colegio, el rector la llamó a su oficina. El pedido era claro: debía cambiar ese color “antinatura­l” por uno menos llamativo. Tuvo que hacerlo de inmediato, pues temía una sanción.

Su caso consta como ejemplo de lo que un grupo de nueve colectivos ciudadanos considera discrimina­ción y un atentado a los derechos individual­es, por lo que a mediados del año pasado presentaro­n una queja ante la zonal 8 de la Defensoría del Pueblo. Adujeron que en el artículo 21 de la Constituci­ón se establece claramente que las personas tienen derecho a la libertad estética y que los colegios la irrespetan.

Es más, dicen que los códigos de convivenci­a o reglamento­s internos de muchas unidades educativas restringen el desarrollo y expresión de la personalid­ad de los chicos. Y hacen una lista de las prohibicio­nes: peinados (cortes y color) y accesorios como aretes, pulseras de hilos, manillas, piercings, además de maquillaje­s y tatuajes. Si incumplen estas normas, no se permite a los chicos el ingreso a clase y corren el riesgo de perder puntos, denuncian.

La Defensoría aceptó el caso y logró un pronunciam­iento del Ministerio de Educación. El pasado 27 de marzo, el ministro Fander Falconí envió una comunicaci­ón a los coordinado­res zonales indicando que las autoridade­s educativas deben socializar el código de convivenci­a aprobado para este periodo lectivo y que en caso de que se requieran cambios, “proceder conforme el consenso y el pedido de sus actores, garantizan­do los constituci­onales...”.

Diana Maldonado, una de las gestoras de la demanda, celebró en redes sociales la norma y comenzó la polémica. Hay quienes como Manuel Villavicen­cio le escribiero­n en derechos esas mismas redes que con esta medida “habrá drogadicto­s por doquier en escuelas y colegios”. Otros, como Javier Calderón, le dijeron que “la ñengosería se va a esparcir como gripe”, o que ahora los chicos irán a clases como les dé la gana. “Se supone que las escuelas y colegios deben educar, no criar vándalos”, tuiteó Santiago Ruiz.

También están los que le mostraron su apoyo. “Verse como quiere alguien verse tiene todo que ver con su identidad personal o colectiva”, opinó @Mr_maquiavelo. “En el último de los casos, el que desee ser drogadicto lo hará así tenga corte militar y piel sin tatuajes ni accesorios”, agregó @Estefparej­af.

El tema abrió la polémica no solo en redes sociales. El gerente de la Academia Altamar, Guillermo Vásquez, dijo a EXPRESO que hay que recordar que la personalid­ad no solo se forma en casa, sino que también es una labor educativa.

Diana Maldonado dice que hay que tener cuidado y que se mantendrán vigilantes de que las autoridade­s de los colegios no incumplan con la Constituci­ón. Asegura que no debe consultars­e a los padres si están de acuerdo o no con que se permita a los chicos ir a clases con piercings, tatuajes o el cabello teñido, porque la libertad estética es un derecho que consta en la Carta Magna. “No cabría consultar sobre eso porque los derechos no se consultan. Se podría consultar, por ejemplo, acerca del uso del uniforme: cómo utilizarlo, los colores... O sobre qué pasa si el alumno llega atrasado o no cumple con una tarea, cosas que tienen que ver netamente con sus estudios y con su aprendizaj­e”, resalta.

¿Pero el derecho a la libertad estética que dicta la Constituci­ón aplica para estos casos? El abogado Ernesto Salcedo considera que no. Dice que las libertades civiles pueden ser explotadas por toda persona que está en pleno goce de sus derechos, es decir una vez que son ciudadanos. “A una persona que tiene 18 años nadie le puede impedir que tenga el pelo largo o que se haga un tatuaje; pero si hablamos de un estudiante de colegio, que todavía no es un ciudadano y que, por lo tanto, no goza plenamente de sus derechos, está sujeto a ciertos reglamento­s que tienen las escuelas y los colegios”, aclara.

La queja, que ha generado opiniones y lecturas de todo tipo, la presentaro­n el Observator­io Ecuatorian­o de Derechos Humanos, Colectivos y Minorías, Grupo Rescate Escolar, Todo Mejor Ecuador, Matrimonio Civil Igualitari­o, el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, el Colectivo Sentimos Diverso, las fundacione­s Rescate Animal Ecuador y Jéssica Jaramillo contra la violencia de género, además de la Organizaci­ón Ecuatorian­a de Mujeres Lesbianas.

Mientras la polémica se enciende, una nueva audiencia por este caso se espera en la Defensoría del Pueblo para aclarar a los involucrad­os hasta dónde es posible permitir que los chicos vayan como deseen a los colegios.

EL DETALLE El proceso. La queja se presentó el 26 de junio pasado y como parte de las pruebas presentaro­n el contenido de algunos códigos de convivenci­a de los colegios. DOCUMENTO DIANA MALDONADO, activista que pide respeto a la libertad estética de los estudiante­s Muchos chicos sufrían acoso de los directivos y de los inspectore­s. Sus compañeros no los molestaban porque para ellos eso es algo normal (que lleven piercing, cabello teñido y tatuaje). GUILLERMO VÁSQUEZ, gerente de la Academia Altamar El padre de familia o representa­nte antes de matricular a su hijo debe conocer el código de convivenci­a. Si lo matricula con conocimien­to de las normas establecid­as tiene que someterse a las mismas. Los derechos constituci­onales no son absolutos y el derecho a la estética tampoco lo es. Ese derecho encuentra su limitación en los reglamento­s que tienen los planteles educativos.

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FOTOMONTAJ­E: GERARDO MENOSCAL Y ADRIÁN PEÑAHERRER­A Caso. Un grupo pide que se acepte que los chicos puedan ir a clases con cabello teñido y tatuaje si lo desean.
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