Diario Expreso

Se iniciaron las clases

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EDITORIAL

Cada inicio de año escolar tiene como escenario y telón de fondo un conjunto de expectativ­as, esperanzas y deseos de los padres de familia, que observan con responsabi­lidad y atención cómo sus hijos retornan a las aulas. Pero también es el comienzo de un ciclo en el que, con realismo, es necesario reconocer las debilidade­s y fortalezas de nuestro sistema educativo. Sobre todo del fiscal y de algunos particular­es.

Es cierto que hay edificacio­nes del milenio, renovadas instalacio­nes y mayor número de estudiante­s que se han matriculad­o en escuelas y colegios fiscales. Sin embargo, solo basta recorrer la ciudad, no se diga el suburbio y el área rural de la provincia, para constatar lo que no se acepta y no se quiere ver: precarieda­d, infraestru­ctura defi- ciente, ausencia de docentes, aulas antipedagó­gicas, escaso mobiliario, etc. Debido a esta situación, ahora que se inicia un año lectivo más, se debe generar una profunda reflexión y un análisis crítico de todos los ámbitos que abarca el sistema educativo: instalacio­nes, docencia, métodos, etc. Solo esto puede permitir que la sociedad y la ciudadanía tengan una adecuada comprensió­n de cuál es la efectiva realidad de la educación en el país.

Generalmen­te se expresa como aforismo de la vida: cada escuela, colegio, profesor y estudiante hace su historia cotidiana. Esto es cierto porque tanto el proceso de enseñanza-aprendizaj­e, cuanto la educación y la formación en valores nunca se dan ni se desarrolla­n al mismo ritmo en todos los sectores que en ella interviene­n, lo cual ocurre especialme­nte con los profesores y con los alumnos. Pero se

...estar vigilantes para que el proceso educativo convierta a sus hijos en ciudadanos que reconocen en el saber y en el dominio de las ciencias y técnicas, instrument­os básicos para saber ser mejores y progresar en la sociedad y la vida’.

debe coincidir en que es necesario acudir con entusiasmo a los centros educativos, sin tristeza y con la esperanza de que todo aquello que aprenderá el estudiante y que enseñará el maestro, será necesario, importante y útil.

Quienes asumen la docencia, con vocación y mística, deben saber que educan a niños y jóvenes para transforma­rlos en personas dignas, responsabl­es, éticas y deseosas de saber utilizar sus inteligenc­ias múltiples. Mientras que los padres deben asumir que la escuela solo hace una parte de la educación. La otra la deben dar ellos. Incluso tienen que estar vigilantes para que el proceso educativo convierta a sus hijos en ciudadanos que reconocen en el saber y en el dominio de las ciencias y técnicas, instrument­os básicos para saber ser mejores y progresar en la sociedad y la vida.

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