Los patrullajes se centran en el filo de la frontera
Los anillos de seguridad de los grupos militares se han reforzado
Las fuerzas militares y policiales concentran sus esfuerzos en patrullajes en la línea de frontera con Colombia, especialmente entre las poblaciones pequeñas que están asentadas cerca del límite político internacional que marcan naturalmente el río Mataje en el occidente y el río Mira hacia el oriente.
En San Lorenzo, los patrullajes para salvaguardar la seguridad de la población continúan con el mismo ritmo de máxima precaución dispuesto por los comandantes, para evitar más secuestros o narcoatentados.
Los patrullajes de la Marina se desarrollan con mayor precaución en los alrededores de nueve asentamientos humanos, cuyos habitantes han dejado ver el temor en sus ojos durante el paso de los infantes de Marina.
En Mataje Nuevo, las casas están vacías y solo unos veinte pobladores han decidido quedarse para cuidar sus pertenencias. A pesar de la poca presencia de habitantes, el control se hace día y noche a los pocos residentes que, cada vez que entran y salen, tienen que pasar por los controles permanentes montados en las vías de acceso.
En El Pan, a unos 600 metros de Mataje, la situación es similar. En Corriente Larga, Campanita, Palma Real y otros poblados vecinos, sus habitantes miran con cautela el paso de los uniformados, cuyo número es mayor en cada patrullaje por motivos de seguridad.
La cantidad de efectivos que en este momento patrullan la frontera se mantiene en reserva, así como el tipo de equipos que están utilizando para detectar explosivos o cualquier otra amenaza que pueda poner en riesgo sus vidas.
En las vías es común ver vehículos blindados, como medida de precaución a ataques como el registrado en febrero, que costó la vida de cuatro miembros de la Armada. En los mandos las reuniones son diarias, con el fin de corregir errores.