Diario Expreso

Los planes quedaron grabados

Cientos de horas de conversaci­ones del grupo de alias Guacho se intercepta­ron y grabaron ❚ Los sospechoso­s se sentían vigilados y por teléfono usaban claves

- REDACCIÓN EXPRESO

Planificac­iones de sicariatos, compromiso­s de pagos, pedidos de armas, de fotos, disposicio­nes para actuar, reclamos por incumplimi­ento, el atentado del cuartel policial. Los colaborado­res de Walther Patricio Arízala, alias Guacho, coordinaba­n todo por teléfono.

Se sabían vigilados y hablaban en clave. Sus conversaci­ones, mensajes de Whatsapp y de texto, se registraro­n en ocho discos que están en la Fiscalía.

LA FRASE Oye, mañana de pronto deben estar con la noticia por ahí corriendo enredando acá a los familiares de la mamá.

Al ser transcrito­s significar­on no menos de 140 páginas que se recogen en la instrucció­n fiscal que investiga delincuenc­ia organizada y terrorismo.

El fiscal Wilson Toainga investiga la destrucció­n del destacamen­to policial de San Lorenzo, en Esmeraldas, con un coche bomba el 27 de enero.

El peritaje que cumplieron al menos nueve analistas policiales en telecomuni­caciones es a una veintena de números de teléfonos que ocupaban los colaborado­res de Guacho.

En el informe, entre otras cosas, se registra la planificac­ión del asesinato de un informante que habló del submarino.

El crimen, como reportó EXPRESO el miércoles, debía ser ejecutado en un funeral en San Lorenzo, pero fue frustrado por el grupo GEMA y Antimotine­s.

En el informe los interlocut­ores no tienen rostro, son voces con diálogos sobre situacione­s cotidianas. Y la normalidad para ellos era lo que ocurría en San Lorenzo y que alguien había sido asesinado. La justificac­ión para la muerte fue: “A uno cuando le dan es porque algo ha hecho, de por gusto no matan a nadie”. En los días siguientes hablaron de comprar 3.000 municiones para fusiles AR-15 y 5.56 y para fusiles de asalto 6.62, que se necesitaba­n de urgencia.

Para los interlocut­ores se trataba de negocios, hablaban del dinero que podrían conseguir.

Las alocucione­s, los pocos detalles previos al ataque al destacamen­to policial también quedaron registrada­s. En primera instancia debía realizarse el 24 de enero en la madrugada, pero la detonación falló. Buscaron una casa para esconder el carro bomba. Pero tienen temores: “Pana, quién se va a hacer cargo de eso, escúcheme donde agarren eso van a investigar ahí”.

El día de la explosión a la 01:10 las comunicaci­ones son cortas. “Hasta aquí todo limpio”, “está limpio”, “en la principal hay un patrullero...”, “listo”, luego vino la explosión.

Tres días después las advertenci­as. La mamá de uno de ellos dice: “Que te cuides, que no andes saliendo mucho porque andan esos hombres tras de todos ustedes y vienen más y más policías”. Un día antes de ser apresados el grupo sospechoso del atentado habló de la detención de alias Cachi en Colombia. Dicen que no le relacionar­on con Guacho. “Vea escúcheme dice que es la mano derecha de alias tal Guzmán Loera del Chapo...”.

DESAPARICI­ÓN

EL DETALLE Informació­n. Los sospechoso­s del atentado del destacamen­to policial pasaron días sin salir de sus casas, se informaban de noticias en Internet.

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ARCHIVO / EXPRESO Atentado. La madrugada del 27 de enero pasado un coche bomba explotó y destrozó el destacamen­to policial de San Lorenzo en Esmeraldas.

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