Indignación
Con estupor hemos escuchado a través de los noticieros el caso de una niña de once años que cursaba el octavo grado de educación básica en un plantel del sur de Guayaquil, y que falleció el domingo pasado por derrame cerebral, el cual habría sido causado por una golpiza propinada por unos compañeros de su clase. Según sus padres, el viernes anterior a su fallecimiento la niña habría sido víctima de golpes en su cabeza, luego de ser amarrada y tapada su boca por parte de cinco de sus compañeros.
Luego de su lamentable deceso se ha conocido que estos hechos de agresión se habrían presentado el año anterior contra otros estudiantes y que además se habrían presentado varios casos de “bullying” en el mismo plantel en el que ocurrió el abominable hecho. Algunos padres de familia hoy han denunciado ante los medios de comunicación que no había ninguna clase de control en el establecimiento educativo.
La Subsecretaría de Educación manifestó en sus últimas declaraciones que no se trata de un caso de “bullying”, sino de violencia entre pares y que se impondrán las sanciones más drásticas. Mientras tanto, las investigaciones en la Fiscalía contra cinco estudiantes, directivos y docentes del plantel avanzan.
Es necesario tener presente que la responsabilidad por las acciones de quienes no han cumplido dieciocho años, y que hubieren cometido una infracción penal es de carácter personal y que adicionalmente a ello, sus representantes responden legalmente por los daños que pudieren ocasionar. De igual manera, la responsabilidad por las acciones cometidas en los colegios, que pudiesen causar perjuicios a quienes están bajo su cuidado, es de los representantes de la institución.
Es decir que ante el acoso escolar, la violencia física o emocional, los padres de familia, los maestros y los representantes de escuelas y colegios deberán responder legalmente por las infracciones de sus representados o de quienes están a su cuidado. Las autoridades estatales, padres y maestros deben tomar en serio su labor, caso contrario serán responsables de sus omisiones.