ARMANI, con los planetas alineados
El arquero se perfila como titular en el Mundial tras la lesión de Sergio Romero. Su momento es una cadena de buenas decisiones
Franco Armani aprendió a estar en el sitio correcto. El arquero, de 31 años, sin debutar en un partido oficial con la selección de Argentina, tiene la gran posibilidad de ser titular en el Mundial de Rusia.
La lesión de Sergio Romero le abrió esa puerta. Ahora peleará por el puesto con un Willy Caballero que en toda la temporada jugó 13 partidos.
Armani estaba lejos de la órbita de la selección hasta hace unos meses. Si bien en Colombia salió campeón internacional con el Atlético Nacional de Medellín, no le alcanzaba para una convocatoria.
En su momento, el entrenador verdolaga, Reinaldo Rueda, se vio tentado a llamar a Edgardo Bauza para recomendarlo para la albiceleste, que entonces dirigía. Así lo confesó. Pero nada cambió y ser figura en Colombia no era catapulta.
Por ello, Armani buscó que las cosas sucedan. Con la propuesta para jugar en la selección Colombia en el bolsillo, él pidió la transferencia al River Plate. La vitrina, el peso de esa camiseta y todo lo que implica estar en uno de los más grandes de su país significaron su última gran apuesta para llegar a la selección.
Y le resultó. Con cada actuación en River Plate, tanto en el torneo doméstico como en los internacionales, empezó a sumar voces de apoyo para que lo convoquen a la selección. Su nombre se volvió un asunto de país, discutido en la mayoría de programas deportivos.
Él solo se limitaba a decir que “es un sueño llegar a la albiceleste”. No quiso meter presión al cuerpo técnico, ni tampoco exageró con su promoción. Eso sí, tomó decisiones correctas, como cuando salió de Merlo hasta el Atlético Nacional y de ahí el salto a River.
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