En Venezuela trabajan 11 días por 1 kg de pollo
La enorme inflación ha disparado el costo de los alimentos básicos ❚ La carestía se agudizó tras la llegada de Maduro
Hace un año, en mayo de 2017, un venezolano con salario mínimo tenía que dedicar casi una jornada entera de trabajo, 7 horas y 24 minutos, para comprar un kilo de pollo. La inflación disparada que acusa el país ha inflado aún más ese precio, de por sí ya enorme, en solo un año. Ahora, para conseguir el mismo producto, el mismo trabajador tiene que dedicar 88 horas: 11 días. En 2014, ocho de cada diez familias venezolanas compraban pollo semanalmente. El año pasado (últimos datos disponibles), solo tres.
Los alimentos son uno de los principales indicadores del colapso del sistema económico venezolano, acrecentado tras la llegada al poder de Nicolás Maduro en 2013, un mandato que las elecciones del pasado domingo extienden hasta 2025. La investigadora sénior para América Latina del Barcelona Center for International Affairs (Cidob), Anna Ayuso, denuncia que hay una enorme dependencia del exterior para importar comida.
EL DATO Impugnación. Los resultados de las elecciones serán impugnados por el opositor Henri Falcón, quien quedó segundo en las votaciones, por denuncias de irregularidades.
Describir la situación de Venezuela a partir de datos objetivos se topa con un primer obstáculo. El país ha ido perdiendo transparencia en sus cifras públicas en los últimos años, denuncia Miguel Santos, investigador especialista en el país sudamericano en el Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard. “Desde 2015 para acá, una cifra como la inflación está basada en estimaciones de terceros y fuentes independientes (del chavismo), porque el Banco Central no publica datos oficiales de balanza de pagos, inflación o movimientos del PIB”.
Al problema de carestía de los alimentos se añade la crisis de la industria. El país se encuentra en un “colapso productivo”, según un estudio del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard. Desde 2013, la producción por habitante ha caído un 45 %.
Según Ayuso, “(Venezuela) Presenta un déficit tremendo porque toda la industria local está más o menos destruida. Las divisas que les venían básicamente del petróleo son bajas, pero es que además lo han vendido por adelantado a algunos países, entre ellos China”.
La producción se ha reducido a casi la mitad desde 2014, cuando tocó máximos. Ayuso apunta a malas decisiones ejecutivas de la Administración venezolana. “Echaron a todos los profesionales y colocaron a sus amigos (en empresas públicas)”. Denuncia además que el petróleo sirve para financiar las fuerzas armadas en un régimen “totalmente mafioso”.
El control militar de sectores cruciales se extiende también al de los alimentos, con los que los militares trafican, según informó Associated Press.
A esta situación se suma la violencia en el país, singularmente en las ciudades. Caracas es la segunda más violenta del mundo, solo superada por Los Cabos (México). Otra urbe venezolana, Guayana, es la novena más peligrosa. La tasa de homicidios del país cuadriplicó en 2017 la de 1995.
Diplomáticos EE. UU. avisó ayer al gobierno venezolano de una respuesta “recíproca” a la expulsión de los dos diplomáticos estadounidenses.