Obligados a reaccionar
El Clásico del Astillero, a jugarse desde las 19:30 del domingo en el estadio Capwell, sentenciará la suerte de los equipos del Astillero, que llegan al encuentro inmortal en su peor momento.
Para Emelec, los tres puntos en juego representan la oportunidad de tratar de salvar el primer semestre, luego de ser eliminado sin pena ni gloria de la Copa Libertadores.
Sin técnico titular, continuos actos de indisciplina que trascienden a la opinión pública y perdido en posiciones intermedias de la tabla, el campeón ecuatoriano no se puede dar el lujo de caer nuevamente en la ‘Caldera’ y menos ante su tradicional adversario.
Para medir a los amarillos los únicos descartados son Pedro Quiñónez y Marlon de Jesús, quienes continúan con su proceso de recuperación. Nelson Soliz ya fue dado de alta y su participación dependerá exclusivamente del entrenador interino Javier Klimowicz.
En Barcelona las cosas no están mejor. Los puntos perdidos en las últimas jornadas -especialmente ante Guayaquil City- le hicieron perder el liderato, en un período que ya no afronta el desgaste de la doble competencia, porque fue prematuramente eliminado de la Copa Sudamericana.
Los de Guillermo Almada están dejando pasar una inmejorable ocasión de llevarse la etapa y asegurar su presencia en la final del campeonato, ahora que los rivales directos deben dividir su atención entre el torneo local y las competencias internacionales.
Ganar el Clásico y que en el estadio Rodrigo Paz Liga de Quito no pase del empate ante Delfín es la combinación que el Ídolo necesita para recuperar el liderato del torneo.
El empate es un mal negocio para los dos.
El segundo Clásico del año 2018 encuentra a los del Astillero en su peor momento deportivo. El que caiga dará por perdido el semestre