Colombia elige a su presidente entre dos opciones opuestas
La izquierda radical y la derecha conservadora se medirán mañana en un primer duelo por llegar al Palacio de Nariño ❚ El proceso de paz, en la mira
Los colombianos irán a las urnas mañana para elegir a su próximo presidente, en medio de la polarización causada por el temor de que la derecha desmantele un acuerdo de paz con la exguerrilla y el miedo a que la izquierda provoque una crisis tanto económica como social por un cambio de modelo.
Más de 36 millones de electores están habilitados para votar y elegir el sucesor de Juan Manuel Santos, que dejará en agosto la presidencia tras ocho años de gobernar un país con una de las democracias más antiguas de América Latina, pero que suele registrar una alta abstención porque el voto no es obligatorio.
LA CIFRA 36 MILLONES de colombianos están habilitados para sufragar.
Si ningún candidato obtiene más del 50 % de los sufragios, se realizará una segunda ronda el 17 de junio entre los dos primeros.
Con una intención de voto cercana al 40 %, las encuestas perfilan como favorito al derechista Iván Duque, del Partido Centro Democrático, apoyado por el expresidente Álvaro Uribe. En los sondeos, lo escolta con alrededor de un 30 % el izquierdista Gustavo Petro.
Más atrás y con la intención de ser la alternativa que rompa la polarización, se encuentran el independiente Sergio Fajardo, el exvicepresidente de centroderecha Germán Vargas Lleras y el candidato de centroizquierda Humberto De La Calle, que defienden el acuerdo de paz y prometen mejorar las condiciones sociales del país.
“La carrera ha sido impulsada por la feroz polarización entre los dos candidatos que defienden las posiciones más extremas de derecha e izquierda, lo que provocó algunos ataques agresivos”, dijo Yann Basset, analista político de la Universidad de Rosario en Bogotá.
La conservadora sociedad colombiana está dividida entre quienes apoyan la llegada a la política de la exguerrilla después de que firmó un acuerdo de paz en 2016 con el Gobierno y los que quieren ver a los excombatientes tras las rejas por los crímenes cometidos durante cinco décadas en un conflicto armado que ha dejado 220.000 muertos.
Duque, quien acusa al exalcalde de Bogotá de querer implementar un modelo socialista como el de Venezuela, promete en su eventual gobierno modificar el acuerdo de paz para impedir que los desmovilizados jefes de las FARC ocupen curules en el Congreso antes de confesar sus crímenes y responder ante la justicia.
En la otra orilla, Petro plantea dar continuidad al acuerdo de paz, pero sus iniciativas de acabar con las industrias extractivas de petróleo y minería, de subir los impuestos a las tierras improductivas para comprarlas y entregarlas a los pobres provocan temor entre los empresarios y en los mercados.
Mientras Duque es criticado por su poca experiencia política y presagios de que terminará obedeciendo órdenes del expresidente Uribe, Petro es cuestionado por su mala gestión como alcalde de Bogotá, incluido el criticado cambio del modelo de recolección de basura de la capital.