El año que se va y los que vienen
EDITORIAL
El diagnóstico de la situación que le tocó enfrentar cuando hace un año asumió el poder, lo hizo el presidente Moreno en expresiones emitidas a lo largo de estos primeros doce meses de gestión.
Primero advirtió que el país estaba tenso y dividido, fuertemente polarizado. Por ello decidió instaurar el diálogo como política de Estado. Lamentablemente, una filtración palaciega puso en juego su credibilidad, pero ha logrado recuperarla.
Luego estableció que la mesa no estaba servida. Ello, además de informar sobre la situación económica ha permitido conocer en toda su crudeza la débil institucionalidad pública, sometida hasta en sus cifras más importantes a sonoras disonancias. Todavía no se conoce una magnitud oficial de la deuda externa. Sin embargo, la apertura al sector productivo en los recientes nombramientos genera un espacio de oportunidad a las medidas correctivas que, en cualquier caso, no serán un ajuste tradicional. En asuntos económicos se cuenta con un incremento significativo en los precios del crudo y una reciente renegociación de algunas preventas de petróleo ha evidenciado lo negligente o corrupto de las negociaciones previas.
Después definió como espeluznante a la corrupción detectada. Un paso enorme y trascendente para garantizar autoridades de control independientes fue el de la convocatoria a una consulta popular destinada, entre otros asuntos, a autorizar la designación de un Consejo de Participación Ciudadana y Control Social transitorio, que las evalúe y las ratifique o las cambie.
No ha sido fácil el primer año del nuevo gobierno pero se visualizan avances indudables’.
Finalmente, al viento fresco de sus declaraciones iniciales se debe añadir al final del primer año la abolición de la Supercom y la reforma a la denominada Ley Mordaza, con lo cual se consolida la voluntad de respetar la libre expresión del pensamiento.
Corresponde en los años porvenir, superar las ambigüedades de la política exterior, apuntalar el frente interno superando las tensiones en lo que queda de Alianza PAIS y, otorgándole coherencia al comportamiento de su bloque parlamentario, conseguir la aprobación del plan económico que ha entregado el flamante ministro de Finanzas.
Mientras tanto, la prometida cirugía mayor contra la corrupción sigue sin realizarse y tampoco se ha logrado avanzar en el campo del desarrollo agrícola, que ha evidenciado descontento.