Ortega se aferra al poder en medio del creciente rechazo en Nicaragua
Organismos humanitarios elevan a 83 la cifra de muertos en las protestas
Cortes de rutas, protestas, violencia, amenazas: la crisis que sacude a Nicaragua desde mediados de abril se ahondó tras la suspensión de un diálogo y la negativa del Gobierno de Daniel Ortega de dar el brazo a torcer.
Cientos de pobladores mantenían ayer los bloqueos de rutas en puntos del norte, centro y sur del país como presión para que Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, renuncien al gobierno.
Como parte de las protestas contra el Gobierno, los religiosos y las escuelas católicas convocarán a una marcha el viernes en Managua para apoyar a la Iglesia católica, mediadora y testigo en el fallido diálogo nacional.
La Policía confirmó ayer la muerte de tres personas y un cuarto fallecido fue reportado por sus familiares, en actos violentos.
Las protestas, que ya afectan la economía y el abastecimiento del país, dejan 84 muertos y 860 heridos, según recuentos de organismos humanitarios y la policía.
La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, aseguró que las medidas cautelares que la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) concedió a los estudiantes universitarios, no garantiza su seguridad en medio de la crisis sociopolítica que vive el país.