Crepúsculo y Lady Alondra duplican aplausos
GUAYAQUIL ■ Merecidos por cierto, con modalidades distintas de correr, los dos hicieron las delicias de los aficionados. En una tarde de favoritos, el macho del Doña Segunda se adueñó del clásico ‘82 Años del Círculo de Periodista del Guayas’ y la hembra del Chipipe hizo suya la sexta de la tarde sumando aplausos de una enterada afición que se las conoce todas.
Con modalidades distintas de correr, el peruano de pelaje alazán vino de atrás para alcanzar en los saltos finales, en tanto la castaña de origen norteamericano se despachó con un imponente punta a punta, inesperado aún para sus más fieles allegados.
Sorprendieron gratamente los dos, no por el hecho de haber ganado, estaban entre los preferidos de los apostadores, Crepúsculo, que parece haber encontrado en José Reyes la monta ideal, pareció no haber en momento alguno los 57 kilos asignados, aceptó el subido rigor del peruano que lo puso prontamente en carrera para no perder de vista y a los ligeros, y en tierra derecha, respondió de manera admirable con una sólida atropellada que le permitió pasar en los últimos saltos a Lorenzetti y Sascha.
Crepúsculo repitió el triunfo del domingo, cuando retornó a carreras tras una ausencia de cinco meses motivada por serias lesiones en sus bajos. Un párrafo aparte para el entrenador Hernando Díaz que lo atendió, sin apuros, pacientemente, hasta ponerlo en su mejor forma, claramente mostrada en su reentre haciendo 59.1 en los mil y una semana después marcando 1.19.1 en trescientos metros más, con 55 y 57 kilos en su orden.
Hay Crepúsculo para rato, ganó dos en ocho días, primer clásico para su nueva cuadra y ahora va por más.
Lo de Lady Alondra es especial, dueña de un físico formidable para una fémina, 525 kilos de peso impresionantemente bien distribuidos, se ha visto nerviosa en anteriores y Monteza le entiende mejor, las tranquiliza, la domina en el Partidor y la conduce a voluntad.
Impresionó ver la forma de correr de la norteamericana, que afirmada por su jinete fijó parciales 23.1 y 47 para redondear un 58.1, y por la forma desenvuelta de rematar cual si se estuviera divirtiendo, haciéndose con sus rivales.