Lenín Moreno ‘hace el quite’ en la naturalización de Assange
El presidente ratifica que es un problema el asilo, pero lo mantendrá
Una revelación que dejó a más de uno pasmado. El presidente Lenín Moreno dijo que la decisión de entregar la nacionalidad ecuatoriana al fundador de Wikileaks, Julian Assange, no fue de él.
La confesión se produjo durante una entrevista con la cadena alemana Deutsche Welle (DW), al ser consultado sobre el estatus que otorgó el país al australiano que cumplirá, en pocos días, seis años de asilo en la Embajada de Ecuador en el Reino Unido.
¿A quién traspasó el peso de la carga? “Esa fue una decisión de la señora canciller (María Fernanda Espinosa). Yo le había manifestado que, con la mayor libertad, escoja la forma de solucionar el problema. Y ella escogió ese sistema. No fue el más adecuado, pero yo fui respetuoso de eso”, declaró.
La naturalización se produjo el 12 de diciembre pasado, pero se hizo pública recién un mes después, luego de que se filtrara la información de que Assange contaba con número de cédula ecuatoriana. Incluso, con un domicilio en Quito.
Entonces, Espinosa las calificó como “malinterpretaciones” con fines políticos a la vez que informó que, adicionalmente a la nacionalidad, solicitó al Reino Unido que entregue el estatus diplomático a Assange “como una opción para dar protección adicional al asilado”, dijo la canciller.
El plan ecuatoriano no funcionó y tensó las relaciones con Londres, que negó la petición y dijo que el australiano solamente podrá abandonar la embajada para enfrentar a la justicia.
El presidente ratificó al medio alemán que el asilo no ha dejado de ser un problema heredado de la anterior administración. “Pero Ecuador respetará su derecho a asilo, si Assange respeta los márgenes”.
Sobre este último punto, el mandatario recordó que a Assange se le cortó la comunicación a
LA CIFRA 72 MESES de asilo en la embajada ecuatoriana cumplirá Assange en junio próximo.
través de Internet, ya que su condición de asilado le impide hablar de política o intervenir en la política de otros países. Algo que parece tenerlo sin cuidado.
El último episodio fueron los comentarios que emitió, en diciembre pasado, a favor de la independencia de Cataluña y en marzo rechazando la detención en Alemania del líder independentista Carles Puigdemont.
El Gobierno de Lenín Moreno le recordó entonces al fundador de Wikileaks que no podía hablar de otras naciones e incluso le habría hecho firmar un compromiso para que no intervenga en política desde la embajada ecuatoriana, algo que fue negado por su organización.