El equipo periodístico se hace presente en el recuerdo
Familiares del conductor recuperaron el vehículo con el que trabajaba
El momento estuvo marcado por sentimientos encontrados: unos peores que otros. Los familiares de Efraín Segarra, el conductor del equipo periodístico del El Comercio que fue secuestrado y asesinado en la frontera norte, recuperó ayer la camioneta que era su herramienta de trabajo.
Las autoridades entregaron el vehículo casi dos meses después de que fuera recuperada en el sector de Mataje, en San Lorenzo, en donde se presume que Segarra, Javier Ortega y Paúl Rivas fueron plagiados por el grupo narcodelictivo liderado por alias Guacho.
Para sus hijos, Christian y Patricio, el haber llegado a recuperar primero la camioneta y no los cuerpos de sus allegados resulta inverosímil. Ver el automotor en los patios de la Policía Judicial, en el norte de Quito, fue un duro golpe. Las lágrimas fueron inevitables.
“En los peritajes se indicó que hallaron la billetera de mi padre con sus documentos personales, pero dentro del carro no estaban. Me imagino que permanece en Criminalística junto a las otras cosas”, comentó ayer Patricio.
Lo que sí se pudo encontrar al interior de la camioneta fue una almohada y una gorra, pertenecientes a Rivas, que fueron reconocidas por sus familiares. Una allegada al fotógrafo abrazó las prendas como aferrándose a su presencia.
El emotivo y doloroso momento fue aprovechado para recordar que los cuerpos de los tres comunicadores no han sido localizados. Por eso, se organizó una caravana motorizada que recorrió desde la Tribuna de los Shyris hasta el sur de Quito. “Verdad y justicia” es la demanda de los familiares a las autoridades del Gobierno.
Al respecto, Ricardo Rivas, hermano de Paúl, dijo que les preocupa que siga pasando el tiempo y las condiciones de preservación de los cuerpos empeore. Por esa razón, una de las prioridades es lograr que los delincuentes entreguen a la Cruz Roja la ubicación de los cadáveres. La entrega de la camioneta de Segarra sirvió también para exigir la inmediata liberación de Katty Velasco y Óscar Villacís, quienes presumiblemente están detenidos en contra de su voluntad del lado colombiano por la misma banda delictiva.
LA FRASE Todavía no puedo creer que la camioneta ya esté aquí, pero mi padre todavía no.