La Iglesia pide perdón por los casos de abusos
El obispado establece cuatro pasos para hacer las denuncias ❚ Ofrece asistencia psicológica
La Conferencia Episcopal Ecuatoriana rechazó ayer toda forma de abuso físico, psicológico y sexual y ofreció asistencia psicológica y espiritual a las personas que hayan sido víctimas tanto de sacerdotes como de otros ciudadanos.
A través de un comunicado, los prelados Eugenio Arellano, presidente de la Conferencia; Luis Cabrera, vicepresidente; René Coba, secretario general; y Mauro Cuevas, secretario general adjunto, expresaron su profundo dolor frente a los hechos denunciados, ya sancionados o los que se encuentran en proceso de investigación.
El gran compromiso de la Iglesia fue tomar medidas preventivas contra “este flagelo” que afecta a la sociedad y asumir la búsqueda permanente y sincera de la verdad y la justicia, a través de las denuncias de los abusos sexuales que se cometan en el seno familiar o de las organizaciones religiosas y de otra índole.
El obispado pidió perdón por los abusos cometidos por los sacerdotes y resaltó el papel de los medios de comunicación y de las organizaciones sociales, que hicieron las denuncias y su seguimiento para que los organismos competentes actúen con la máxima celeridad y transparencia, sin atentar contra los derechos de las víctimas ni la presunción de inocencia del agresor.
“Nos comprometemos a tomar medidas preventivas contra este flagelo que afecta a nuestras familias, la Iglesia y la sociedad en general, siendo diligentes en la protección de las poblaciones vulnerables que nos encomiendan”, dijeron en el comunicado.
La Iglesia católica detalló además los cuatro pasos del proceso canónico que se seguirá para recibir las denuncias y sancionar a los responsables. Primero, la denuncia; segundo, la investigación previa; tercero, el juicio de la congregación para la doctrina de la fe; y cuarto, el decreto del obispo con la sanción correspondiente.
Si la víctima aún es menor de edad, la denuncia deben realizarla sus padres o representantes legales. Si ahora ya es mayor de edad pero el abuso ocurrió cuando era niño, la hará personalmente, ya sea de manera juramentada o a través de un abogado canónico.
El obispo nombrará a un perito para que investigue el caso y emita un juicio acerca de si hay o no materia para el proceso judicial penal canónico.
El expediente será remitido a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que decidirá si el caso se resuelve por la vía administrativa o la judicial.
El obispo, mediante decreto, emitirá las instrucciones de la congregación, que pueden ser desde penas severas hasta la expulsión de la persona acusada.