Un charco de aguas oscuras afecta a vecinos en Las Acacias
Los líquidos residuales acumulados ocupan una zona de jardín comunitario ❚ Además de malos olores, proliferan mosquitos y ratas ❚ Ocurre hace 3 meses
En las puertas de ingreso del bloque C-1, un edificio multifamiliar de la ciudadela Las Acacias, a un costado de la av. 25 de Julio, aún quedan pegados los restos de un documento que los vecinos aseguran es un pedido de comparecencia a una de las comisarías municipales.
Estos dicen que aquello es rezago de una denuncia formal que se hizo en su momento ante el Municipio. Se quejaban por las aguas negras que habían invadido parte del área de jardín de la zona comunal que comparten cuatro bloques de edificios multifamiliares de esta ciudadela ubicada en el sector sur.
EL DETALLE Algo de historia. En Las Acacias habitan unas 3.388 personas. Esta ciudadela fue construida a finales de los años 70 por el Banco Ecuatoriano de la Vivienda.
El documento casi ha desaparecido, pero el malestar que genera la acumulación de aguas residuales, no.
“Nadie ha hecho nada por resolvernos esta situación”, dice Rubén Arias, uno de los vecinos, quien asegura que debe cruzar varias veces al día en la pasarela urbana que atraviesan las zonas de parques y jardines comunitarios aledañas.
El problema lo origina una tubería que sale desde uno de los departamentos bajos del mencionado bloque.
“Hace algunos meses, una familia compró este departamento, le hicieron arreglos y sacaron esta tubería. Al parecer ellos se fueron, luego de que se les reclamó, pero sigue evacuando aguas con mal olor”, dice Alejandro Mite, también vecino.
El agua se acumula y forma un charco que invade casi la totalidad de un jardín. A escasos metros, están los juegos mecánicos infantiles, en otro extremo, a no menos de 10 metros, aparece un círculo de bancas al aire libre, donde las madres salen a dejar o a esperar a sus hijos, que son recogidos por los expresos escolares.
La situación se vuelve insoportable a determinadas horas, en especial cuando hay sol. “El hedor es tal, que necesitamos cerrar las ventanas y puertas”, dice Gerardo Valle, quien habita en uno de los departamentos del bloque D-5.
Por las noches, el malestar lo provocan los mosquitos, pues la pequeña ‘piscina’, se torna en un criadero de mosquitos. “Aunque no lo crea, debemos evitar mantener las puertas abiertas, porque también hay ratas”, agrega Valle.
El edificio C-1 está separado por pasarelas y jardines de los bloques B-1, B-4, C-4 y el D-5.
En cada uno habitan hasta 16 familias. Se calcula que por lo menos 256 personas se movilizan cada día, en distintas horas, por los alrededores del charco de aguas oscuras.
Estos sin contar las otras 16 familias que habitan en el bloque C-1, que no se quejan. Por lo menos eso dicen quienes esta semana llamaron a EXPRESO para denunciar esta situación.
VOCES Tengo ocho años residiendo en el sector, pero es la primera vez que algo así sucede, que un vecino decida una cosa que le resuelve su problema, pero afecta al resto.