Diario Expreso

Florida y el Caribe reviven su miedo a los huracanes

Las autoridade­s afirman haber aprendido las lecciones tras el paso de Irma y María ❚ La gente aún no se siente preparada

- LEILA MACOR ■ MARATHON, FLORIDA / AFP

si este año viene otro huracán? “Si viene otro, nos fregamos”, dice una camarera en los Cayos de Florida, el archipiéla­go coralino que sufrió el año pasado los golpes más violentos del huracán Irma y que aún está lejos de recuperars­e.

Este miedo colectivo se extiende a todo Florida y las islas del Caribe que padecieron en septiembre la monstruosi­dad de dos huracanes seguidos, dejando calamidade­s que todavía causan estupor: esta semana se divulgó un informe independie­nte, según el cual más de 4.645 personas murieron en Puerto Rico por causa de María.

Con esta noticia como telón de fondo, la nueva temporada de huracanes se prepara para desplegar un nuevo show. Antes de su fecha oficial de inicio -ayer-, la tormenta subtropica­l Alberto provocó inundacion­es en Estados Unidos.

Las autoridade­s de Florida aseguran haber “aprendido las lecciones” y prometen mejorar el sistema de telecomuni­caciones y el manejo de las donaciones. En Puerto Rico, el Gobierno recomienda a los residentes reunir provisione­s para 10 días, en lugar de tres como se solía aconsejar. Pero la gente no se siente preparada.

“Si viene otra tormenta, nos fregamos, porque nuestras casas no están listas todavía”, dice Cyndi P., una camarera de 48 años en un cayo a mitad de camino entre tierra firme y Cayo Hueso, el último islote.

Los Cayos de Florida son un archipiéla­go de islas coralinas que se extienden 180 km desde el sur del estado y están conectadas entre sí por 42 puentes sobre el mar. Pero este destino turístico todavía tiene escombros en los canales; muchas casas de los barrios de trabajador­es siguen destruidas y algunos residentes viven en tiendas de campaña en sus parcelas, aún huérfanas de jardines.

“Nos ocupamos de la gente hasta cierto punto, pero llega un momento en que tienen que ocuparse de sí mismos”, dice Martin Senterfitt, director de gestión de emergencia­s del condado de Monroe, al que pertenecen los Cayos.

Irma y María magnificar­on los problemas ya latentes en las regiones que golpearon con sus vientos de más de 200 kilómetros por hora.

Por ejemplo, de las 55.000 viviendas de los Cayos de Florida, más de 1.000 quedaron demolidas hasta los cimientos y 3.000 sufrieron daños importante­s. También se perdieron 1.044 casas rodantes y viviendas prefabrica­das.

Las residencia­s más caras, y sobre todo las de Cayo Hueso, se salvaron del golpe de Irma, que atacó directamen­te los Cayos el 10 de septiembre.

Esto fue un mazazo para la clase trabajador­a: camareros, empleados de salarios medios, jardineros y obreros no hallan ahora viviendas accesibles. Como resultado, han abandonado los Cayos dejando a los empleadore­s sin mano de obra.

Numerosos negocios tienen carteles llenos de polvo en sus vitrinas, solicitand­o personal.

“Tenemos una demanda enorme y no hay oferta”, dijo Diane Eliopolus, gerente de mercadeo del Hard Rock Café de Cayo Hueso, en una asamblea comunitari­a donde contó que ha perdido a su personal.

“Hay muchos aspirantes, pero ninguno de esta área. Cuando llaman les digo que averigüen los precios de la vivienda antes de tomar la decisión de venir. Nunca me vuelven a llamar”, contó.

Mientras, el huracán María evidenció la fragilidad del vetusto sistema eléctrico de Puerto Rico.

Ocho meses después de su ataque el 20 de septiembre, se siguen registrand­o cortes de luz y unos 60.000 clientes carecen del servicio en este territorio estadounid­ense de 3,3 millones de habitantes que ya padecía una severa crisis fiscal.

La prolongada falta de electricid­ad mató a ancianos y enfermos que dependían por ejemplo de respirador­es o de insulina, aumentó el desempleo y provocó el éxodo de cerca de 200.000 personas.

Ahora, el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, abasteció los depósitos de materiales de repuesto y preparó acuerdos que agilizarán asistencia inmediata si vuelve a colapsar el sistema eléctrico. “Si tenemos que esperar 50 días de nuevo para que el Cuerpo de Ingenieros (de EE. UU.) llegue a Puerto Rico, entonces no hemos aprendido nada”, dijo.

En Barbuda, una pequeña isla en el Caribe, Irma se ensañó como una bomba que lo destruyó todo. Aún se recupera de daños estimados en más de 200 millones de dólares y hasta ahora solo han vuelto cerca de 500 de sus 1.800 habitantes.

LA FRASE Lesdigo(alos postulante­s)que averigüenl­osprecios delasvivie­ndasantes.nunca vuelvenall­amar. DIANE ELIOPOLUS, empleadora en Cayo Hueso LA CIFRA 60.000 CLIENTES siguen sin servicio de energía eléctrica en Puerto Rico, devastado por María.

 ?? LEILA MACOR / AFP ?? Suelos. Una casa en construcci­ón en cayo Big Pine, Florida, cerca de otra con sus techos aún sin reparar.
LEILA MACOR / AFP Suelos. Una casa en construcci­ón en cayo Big Pine, Florida, cerca de otra con sus techos aún sin reparar.

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