Veganismo, el camino para salvar al planeta
La ciencia plantea cambiar el consumo de los productos de por los vegetales su producción necesita de más recursos naturales y emite más contaminantes
Más allá de una alimentación saludable, el veganismo es un estilo de vida que se basa en el respeto a los animales e implica una forma de consumo más ética, empática y sostenible. Un estilo de vida que propone optar por aquellas alternativas que prescinden del uso de animales de todos los aspectos del día a día: alimentación, vestimenta, cuidado personal, entre otros.
Pero más allá del respeto por los animales, está el respeto por el planeta. Para obtener una proteína de carne de vaca se necesita mucha más tierra, más agua y emitir más contaminantes a atmósfera, suelos y aguas que para lograr una proteína de origen vegetal.
Este es uno de los muchos datos que desvela un exhaustivo análisis de lo que la ciencia sabe sobre el impacto de la producción de alimentos. Los autores del estudio sostienen que solo una migración masiva a una dieta de base vegetal podría aliviar los problemas de sostenibilidad del planeta.
La revista Science ha analizado el coste ambiental que tiene producir, transportar, comerciar y consumir los alimentos esenciales que alimenten a los 7.575 millones de habitantes del planeta. Lo hizo con una base de datos que incluye más de 500 estudios previos y recoge varios impactos de los 40 principales productos que aportan el 90 % de las necesidades de proteínas y calorías.
Entre esos costes están el porcentaje de uso de tierra para cultivarlos o criarlos, la cantidad de agua usada, las emisiones de CO2 y otras dos emisiones menos conocidas, pero de enorme impacto: la acidificación del suelo y la eutrofización de las aguas subterráneas, de ríos y mares, que supone un enriquecimiento excesivo en nutrientes. En ambos casos el agente principal son los fertilizantes nitrogenados.
Los resultados globales del estudio abruman: durante todo su ciclo de vida, la producción de alimentos ocupa el 43 % de la tierra del planeta y es responsable del 26 % de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por último, casi dos tercios del agua dulce retirada de las cuencas va para regar o dar de beber a los animales.
Pero no impacta lo mismo producir una chuleta que soja. De hecho, los principales productos de origen animal (carnes, peces de piscifactoría, huevos y lácteos) necesitan el 83 % de la tierra dedicada a la producción de alimentos y son responsables de casi el 60 % de las tres emisiones. Lo peor es que, a cambio, solo aportan el 37 % de las proteínas y apenas el 18 % de las calorías que sostienen la alimentación humana.
Por eso la ciencia plantea como solución un cambio generalizado y masivo de dieta, arrinconando los productos animales en favor de los vegetales. Esto devolvería hasta el 76 % de las tierras que ahora ocupa el ganado. En hectáreas, la naturaleza recibiría de vuelta 3.100 millones, unas 62 veces la extensión de España. Una réplica del robot explorador de la misión Exomars, que tiene como objetivo detectar si hay vida en Marte, está a punto de someterse a una etapa de pruebas hasta inicios de agosto, para garantizar la supervivencia del aparato. En esta fase se comprobará el diseño mecánico y térmico del vehículo.
animal La razón: origen