Aun sin ganar, Ricardinho convenció
GUAYAQUIL ■ No siempre el podio es para el mejor. Las circunstancias de una carrera, de un encuentro en cualquiera de los deportes, pueden cambiar y alterar el resultado. Y para muestra un botón: hace dos o tres días el fabuloso Lebron James hizo 51 puntos y su equipo, Cavaliers, cayó vencido ante los Warriors 124-114. Algo parecido sucedió el domingo pasado con el jinete más ganador de carreras en el mundo, Jorge Antonio Ricardo, quien condujo a cuatro ejemplares en el hipódromo Miguel Salem Dibo (MSD) e hizo dos segundos, un tercero y un cuarto. Pese a ello, la bondad de su monta lució en cada uno de sus compromisos y la entendida afición de Buijo lo recibió con aplausos.
Ricardinho se estrenó con Moody Blues, que venía de ganar a inferiores en la tercera, y perdió en los dos saltos finales por menos de un cuerpo ante Lorenzetti; luego entró cuarto de Kingdom Road, River Island y Be Your Self a tres largos en la quinta; fue tercero con Gibolee en la séptima con Atenea que remató a tres de Il Magnifico y Arrogante; y cerró finalmente con un muy buen segundo en el Clásico llevando a Rindygo, que a pesos iguales le ofreció dura lucha al inmenso favorito Black Master, el mejor caballo de Buijo en actividad, escoltándolo a un largo.
Imposible pedirle mejores resultados al huésped brasileño. No siempre el talento, serenidad y rigor de un jinete son suficientes para salir airosos en una carrera; si el caballo no es capaz, no tiene clase o no da la talla en el lote, es improbable salir victorioso. Así de fácil.
Entre las particularidades de la jornada dominical estuvo la gran cantidad de público que copó las tribunas, así como la impecable organización, que juntos formaron el marco adecuado y merecido para un espectáculo que por cinco horas mantuvo al público expectante y disfrutando de una cartelera de categoría, difícil de programar con frecuencia. Todo ello para probar al país y al mundo que la hípica local está presente y ocupa un lugar de privilegio entre los deportes.
Finalmente se destacó la presencia de Manga y Moacyr, dos glorias del balompié mundial que pusieron fin a sus dilatadas y exitosas campañas en nuestro país vistiendo la casaquilla torera. Ellos acudieron al hipódromo para saludar a Ricardinho en el Paddock, fundiéndose en un fuerte abrazo bajo los aplausos de la afición que los vio con respeto.