Diario Expreso

Romeo y Julieta, los novios emplumados de Cangonamá

La pareja de aves participó de su boda a toda una comunidad ❚ Fue uno de los concursos que se desarrolló en memoria de sus tradicione­s montuvias

- FREDDY INGA Correspons­al ■ LOJA

Camino al altar van Romeo y Julieta en una ceremonia matrimonia­l singular. Se trata de un gallo y una gallina, considerad­os como pareja del año. En Cangonamá, una de las parroquias rurales del cantón Paltas, todos están de fiesta y qué mejor que celebrar con sus concursos tradiciona­les y mostrando todo su potencial agrícola y productivo.

Romeo y Julieta son parte importante de estos festejos. Él, con una especie de camisa de seda y pantalones largos; ella, con una chaqueta roja, varios lazos hechos con cinta de papel de regalo, un pequeño sombrero, un collar de “perlas” y las uñas pintadas.

EL DETALLE Actividad. Una de las ocupacione­s de los comuneros es la crianza de animales de corral, con lo que se ayudan en su economía.

“Esta parejita de gallinas las tengo como un par de años, así (hace una seña con sus manos) desde que eran chiquitica­s y cómo no cuidarlas, las tengo con maicito, alfalfita y bien cuidaditas para que después de un tiempo queden deliciosas para cuando toque prepararla­s”, dijo Luz Pambi, dueña de los felices ‘novios’.

En una tarde soleada donde los helados quedaron cortos y empezaban a llegar las ‘chancletas’ de cerveza, el matrimonio entre estas aves pasó a ser parte de las actividade­s programada­s para mostrar la alegría de este pueblo, de 1.383 habitantes y que basa su economía en las labores del campo.

Pero no todo era amor. Al puro estilo de pelea callejera y formando ruedo, Wacho y Claudio, dos imponentes gallos criollos, se batieron ‘a muerte’ por una gallina ponedora. En medio de la muchedumbr­e hu- bo una voz que decía “vayan a calentar la olla, que ya mismo cae el Wacho”, mientras que las apuestas se empezaban a escuchar y cada quien alentaba a su favorito. Para suerte de ambos, decidieron cortar el combate y dar por empatado el encuentro plumífero, salvándose de la olla caliente.

A muy pocos metros de la tarima principal se daban los últimos detalles para el gran circuito atlético de cobayos (cuyes), donde los dos ejemplares más rápidos se tomaron la pista y corrieron como nunca. A ellos les cayó la frase: “Se movió como cuy en saquillo”, puesto que la velocidad que le imprimiero­n hizo que la carrera durase solo 15 segundos.

Gustavo Carrión, presidente del GAD parroquial, explicó que Cangonamá es un pueblo que no deja sus costumbres y vive arraigado de una historia milenaria, considerad­o como una de las primeras culturas del país, “los paltas, aquellos indios que defendiero­n su territorio y la parte sur de nuestro querido Ecuador”.

Por ello, como parte de los eventos por los 157 años de emancipaci­ón política celebrados el 29 de mayo, también se vivió el concurso de la vaca lechera. Los campesinos llevaron a sus mejores ejemplares, pero fue ‘Cacho mocho’, quien rindió más de 15 litros, y se llevó el primer lugar. Con el producto obtenido del ordeño se preparó una bebida tradiciona­l conocida como ‘aguado’, una mezcla de aguardient­e y leche que fue obsequiada a todos los asistentes.

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