El jabón negro libera las malas energías
Se usa para el cuidado de la piel y se le atribuyen propiedades curativas
Desde fines del siglo XIX, el jabón negro o “prieto” fue uno de los artículos más utilizados en el Ecuador. Antiguamente, esa bola negra junto a una tusa seca de maíz eran elementos indispensables en el baño.
Su uso fue solo medicinal, para curar los granos, el salpullido y el acné. En la actualidad se lo fabrica de manera artesanal y se utiliza en el mundo del esoterismo, para baños de suerte y alejar malas energías.
Marujita Tejada, nacida en Montecristi, provincia de Manabí, sostuvo que en sus tiempos lo fabricaban con sebo de res, ceniza de tallos de banano y otras plantas, elementos que mezclaban al fuego en grandes pailas hasta que se derritieran. La sustancia se vaciaba en una mesa o molde. Posteriormente se cortaba en pequeños pedazos y manualmente le daban forma ovalada. Con los residuos hacían el ‘jabón de orillo’, que servía para lavar ropa.
Según el naturista Carlos Ferrín, especializado en Cuba, Brasil y Perú, el uso del jabón negro sería milenario. Dice que surgió en una zona de África, donde las embarazadas lo usaban para combatir las estrías.
“Mi mamá me decía que servía para curar ciertas afecciones de la piel y que actúa contra la resequedad, porque contiene vitamina A y D”, señaló Ferrín.
Todavía se lo fabrica, según mencionó el naturista, le han añadido otros componentes como cacao, aceites, miel tropical y glicerina. Para los baños tradicionales se lo usa con agua calentada al sol. “Yo lo compro porque mi abuelita me enseñó a usarlo para la piel. Me lavo la cara y me la deja suave”, señaló la ama de casa Belén de Cabrera.