Fernando Cazón, presea Espejo
Un personaje de Bertolt Brecht, el más destacado dramaturgo alemán del siglo XX, decía: “Desgraciada la tierra que necesita un héroe”. Nosotros desperdiciamos las últimas décadas como nación buscando líderes que refunden el Estado y fracasamos, pues fueron autoritarios y cleptómanos, y están impunes. Por eso debemos destacar la labor de los gestores culturales, trabajadores de la cultura que nunca nos han decepcionado. Más bien, como señaló Benjamín Carrión en Cartas al Ecuador, donde propuso su teoría de la pequeña gran nación, planteando que los pueblos pequeños pueden ser gestores de cultura y de conocimiento como Atenas e Israel, es el punto de partida para la creación, en 1944, de la Casa de la Cultura, fragua de escritores y artistas que internacionalizaron al Ecuador y a la que ha estado vinculado el poeta Fernando Cazón Vera.
Esta columna está dirigida al presidente Moreno y al ministro de Cultura, Raúl Pérez T., solicitando se otorgue el premio Eugenio Espejo al poeta Cazón, que cual frondoso guayacán sigue floreciendo como lírico y periodista. Nació en 1935 y se inició como bardo desde adolescente, en el centenario Vicente Rocafuerte, donde ganó los Juegos Florales Vicentinos con el poema Canción y mensaje de los labriegos. Posteriormente, en la Universidad de Guayaquil triunfó en el Festival Universitario de las Letras con el poema Carta de un fusilado. En 1957 el propio Benjamín Carrión leyó su cuaderno de poesía y dispuso que la Casa de la Cultura publique su primer libro: Las canciones salvadas. Hasta la fecha tiene más de 15 obras publicadas. Violeta Luna, en su prólogo al libro Cajón de …sastre (CCE, Quito, 2013) destaca del vate: “Conocedor del oficio, de la sabiduría y el sentido común del idioma, el poeta no ha claudicado, no ha renunciado a la fuerza sardónica de su estilo ni ha modificado su línea de cabal honestidad”. Por esto y otras cualidades merita la presea Espejo.
Destacando del bardo: “voy a pecar mañana/ puntualmente/ como todos los días/ a tropezarme/ con la misma piedra/[…] y me voy a poner/ de penitencia/ algún nuevo pecado.