Masiva celebración mexicana
En el Zócalo, avenidas y barrios, la bandera mexicana ayer flameó más que nunca. Cientos de personas salieron a las calles con cánticos y gritos de festejo.
EL DETALLE
mo que Alemania crecía en su inquebrantable fe. Sin alardes, el campeón se acercaba, rondaba el área de Ochoa y hacía a sufrir a todos los presentes en el Luzhniki y a millones en México.
Sin embargo, el Memo no tuvo que hacer ninguna acción de gran valor, más allá de la que realizó en el primer acto ante un tiro libre. Se apagaba el cotejo, los aztecas desperdiciaban las contras en los pies de Layún y los hinchas se desesperaban ante la lentitud del cronómetro. Los minutos eran eternos.
Pero llegó. Llegó el pitido final más feliz para México en los últimos mundiales, que lo catapulta en la fase de grupos y en el torneo como uno de los equipos revelación. En este grupo, además, es clave la primera plaza, para evitar a Brasil
El mexicano Rafa Márquez, de 39 años, mereció ayer un lugar preeminente en la historia del fútbol por su participación en su quinto Mundial, un hito que le equipara a su compatriota Antonio Carbajal, al alemán Lothar Matthäus y al italiano Gianliugi Buffon. en los octavos y soñar con trepar en el cuadro final.
Cerveza al vuelo y noche larga en la capital rusa para los fanáticos centroamericanos, que merecían un triunfo así después de los últimos golpes recibidos. No lloraron, cantaron y sobre todo ayer, bailaron al ritmo de la maldición del campeón.