El Mundial cobra otra víctima
La debilidad de Túnez en el juego aéreo y el oportunismo de Harry Kane permitieron a Inglaterra una agónica y sufrida victoria.
Más allá del padecimiento final para conseguir el resultado, el combinado europeo mostró varios pasajes de buen fútbol. Aunque, para ser considerado como un candidato serio al título, deberá sostener ese ritmo por más minutos.
Ayer inició fuerte. El partido tuvo el libreto esperado. El seleccionado Gareth Southgate optó por Sterling como compañero de Kane en vanguardia e Inglaterra salió muy enchufada bajo la batuta de Henderson y de un Alli movedizo.
La última resistencia de Túnez, en esos momentos, fue el golero Mouez Hassen. Sin embargo, la mala suerte se alió por partida doble contra él. Salió a tapar un pase filtrado de Alli y chocó con Young, lastimándose el hombro.
En el saque de esquina posterior voló de palo a palo para sacar con la palma de la mano un remate de cabeza de Stones, pero su despeje cayó en el anzuelo de Kane, que sin dejarla botar la empujó a la red.
El gol asentó a Inglaterra y noqueó por unos minutos a Túnez, que vio además cómo su portero lesionado fue reemplazado por Ben Mustapha.
Los ingleses pisaron el acelerador con un disparo muy lejano de Henderson que encontró las manos de Ben Mustapha y una sucesión de oportunidades en las botas de Sterling, errático hasta que fue sustituido en la segunda parte por Rashford.
En cambio, con Khazri solo en punta, los norteafricanos se El arquero de Túnez, Mouez Hassen, se lesionó del hombro y tuvo que ser reemplazado. Los informes preliminares apuntan a que no podrá seguir en la Copa. agarraron a la movilidad de Fakhereddine Ben Youssef, el hombre elegido por el técnico tunecino para suplir la baja por lesión en este mundial de su mejor jugador, Yousef Msaki.
Fue precisamente una jugada por banda derecha la que consiguió forzar el penalti innecesario de Walker y el que le dio a Sassi la oportunidad de marcar el primer gol africano en Rusia 2018.
Inglaterra recuperó entonces parte de su empuje y generó dos ocasiones más antes del descanso, pero terminaron mal.
La segunda mitad comenzó con una tónica distinta, con Túnez mejor plantado e Inglaterra diluyéndose poco a poco, áspera y sin el juego de conjunto que mostró en la primera.
Alli desapareció, también Henderson, mientras que Young y Lingard apenas encontraron espacios. Kane fue un espejismo. Los cambios tampoco surgieron efecto. Southgate dio entrada a Rashford y Loftuscheek por Sterling y Alli, pero ni el delantero del United ni el extremo del Chelsea mejoraron a una Inglaterra entregada al recurso del balón bombeado.
Aunque, uno de ellos, con el minuto noventa ya cumplido, cayó cerca de la cabeza de Kane, que solo en el aérea chica lo empujó para salvar a Inglaterra.
EL DETALLE