Nicaragua
Este país centroamericano emprendió en una prolongada violencia para defenestrar a una dictadura rapaz y asesina que estaba integrada por una familia que había considerado a ese país como su propio feudo.
El pueblo nicaragüense, organizado en un movimiento reivindicador, acabaría después de una tesonera y heroica lucha, con la dictadura constituida por los Somoza. Lo hizo para terminar con ese poder dictatorial que mantenía sometido al pueblo, al que explotaba, perseguía y encarcelaba.
Se organizó entonces el sandinismo y en ese movimiento reivindicador se dieron los hechos heroicos que llevarían al fin del somocismo, esa tendencia política que ya pesaba en el pueblo por sus robos y asesinatos. Sucesos verdaderamente heroicos tuvieron lugar en Nicaragua y los nombres de los comandantes sandinistas fueron exaltados por el pueblo, que junto a sus comandantes derrocó a los Somoza.
Ese mismo pueblo estaba seguro de que surgiría en Nicaragua una conducción que pusiera en vigencia los derechos políticos fundamentales para instaurar una era de honestidad, que le diera a Nicaragua la posibilidad de incorporarse a las naciones que fueron consideradas como respetuosas y que garantizaban los derechos fundamentales. Pero después de graves forcejeos tomó el poder un gobierno que se ha caracterizado por la perversión, la violación de los derechos humanos y la instauración de un régimen fatídico, que ha obligado al pueblo a lanzarse a la protesta clamando libertad. Su lucha ha sido detenida con cuatrocientos
...un gobierno que se ha caracterizado por la perversión, la violación de los derechos humanos y la instauración de un régimen fatídico, que ha obligado al pueblo a lanzarse a la protesta clamando libertad’.
asesinados por las fuerzas pagadas por el Gobierno, y frente a la demanda formulada por la OEA para que se adelanten las elecciones, el Gobierno del matrimonio Ortega-murillo lo que ha hecho es agudizar la persecución, invadiendo incluso templos religiosos donde se refugiaron los perseguidos, entre los cuales hay obispos católicos que reclaman libertad y la vigencia de las garantías individuales establecidas luego de la victoria sandinista.
Es probable que cuando desaparezcan los humos del alcohol, Ortega sienta la inmensa culpa que cae sobre su conciencia por la brutalidad asesina que hoy se acentúa. Al final, los pueblos recobran la libertad, desde luego, como está ocurriendo en Nicaragua, pero con una horrorosa efusión de sangre.