Diario Expreso

El Mundial no es más un estímulo

- GORKA PÉREZ ■ EL PAÍS ESPECIAL PARA EXPRESO

Ayer se cumplieron dos semanas de la victoria de Francia en el Campeonato del Mundo y el mercado de fichajes de las cinco grandes ligas europeas -España, Inglaterra, Alemania, Italia y Francia- permanece en estado de alerta. Los clubes más ricos del continente se comportan de manera defensiva, lo que destapa el temor existente en las directivas por determinar su grado de participac­ión en el que muchos describen como un momento financiero peligroso.

Los elevadísim­os traspasos registrado­s en el ejercicio anterior, coronados con los 222 millones de euros desembolsa­dos por el PSG a cambio de Neymar, provocaron un vuelco en la cotización de los jugadores franquicia. Esta circunstan­cia, unida a la celebració­n del Mundial, el mayor acontecimi­ento deportivo internacio­nal, y a la absoluta exposición de todos sus participan­tes, han contribuid­o a proporcion­ar un manto de recelo que se traduce en un recorte sustancial de las contrataci­ones de jugadores en el mercado de fichajes. Especialme­nte si se compara la situación actual con lo ocurrido durante los anteriores cinco veranos posmundial­istas: se compra menos, porque los precios se disparan.

El caso más paradigmát­ico y representa­tivo de la inflación del mercado ocurre con la Premier League, donde los clubes pueden fichar hasta el 9 de agosto. Hasta el momento se contabiliz­an 75 entradas (dejando al margen las cesiones entre clubes), casi un centenar menos que en el verano de 2014. Sin embargo, el desembolso económico entre ambos períodos es prácticame­nte similar: 1.041 millones hace cuatro años, frente a los 1.025 de la actualidad, según datos de la web especializ­ada transferma­rkt.es

Dentro de esta burbuja también se encuentra inmersa la Serie A, que se cierra el 18 de agosto. Las 166 entradas que acumula hasta el momento el campeonato italiano por valor de casi 857 millones ya duplican en gasto a las 278 que se realizaron tras el Mundial de Brasil, y que se gestaron por tan solo 338.

Esta parálisis comercial se manifiesta de una manera mucho más llamativa, incluso para aquellos jugadores que han logrado clasificar­se para las semifinale­s del Mundial.

La cifra se aleja de los traslados ocurridos en los anteriores Mundiales: ocho en 2014, 11 en 2010, nueve en 2006 y 11 en 2002, donde cuatro campeones brasileños (Ronaldo, Rivaldo, Belletti y Juninho) cambiaron de aires.

Ni siquiera las distincion­es individual­es estimulan a los compradore­s. Ninguno de los últimos cinco ganadores del Balón de Oro del Mundial, el premio que señala al mejor jugador del torneo, fueron tentados por otros clubes. Ni Kahn en 2002, ni Zidane en 2006, ni Forlán en 2010, ni Messi en 2014, ni Modric en 2018 dieron un giro a sus trayectori­as.

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