La gira presidencial
No es la primera vez que un presidente ecuatoriano emprende una gira extensa. Muchos mandatarios lo hicieron, ya sea como presidentes electos o en ejercicio de su cargo. Velasco Ibarra llevó al sur del continente americano la fogosidad de su oratoria y la profundidad de su cultura, despertando simpatías y admiración. Arroyo del Río, en el tiempo en que se encendía la terrible hoguera de la Segunda Guerra Mundial y para afianzar su compromiso con la postura de los Estados Unidos, que buscaba la unidad del continente (el panamericanismo) para enfrentar al nazismo, realizó una gira continental, aunque lo hizo por vía aérea y no desembarcó, sino que pronunció sus discursos desde el avión, mientras sobrevolaba el territorio de algunos países de América. A su regreso, sus partidarios, que conformaban un liberalismo en severa crisis, lo proclamaron ‘apóstol del panamericanismo’, es decir, la voz de la unidad del continente.
Pero el gran récord de viajes presidenciales lo tiene Correa. Un curioso observador de esos periplos afirmaba que si se sumasen los kilómetros recorridos por el expresidente, este podría haber dado numerosas vueltas alrededor del mundo. Mas, esas giras, salvo la oportunidad de su discutible lucimiento personal, no dejaron nada positivo para el país.
Moreno, sin duda, ha sido recibido con simpatía en Inglaterra y, especialmente en España, donde tuvo la oportunidad de entrevistarse con el rey en el Palacio de la Zarzuela, y con el flamante jefe del Gobierno español en el Palacio de la Moncloa, en cuya entrevista
...su gira no tenía el propósito de magnificar su figura, sino de cumplir tareas que se desprenden del ejercicio de su magistratura...’.
hizo una especie de vivisección del socialismo, refiriéndose al que se pretendió implantar en Ecuador bajo el ala de Correa, y dejando una aguda crítica a ese socialismo. Su porte ingenuo y sencillo, sin poses ni pretensiones de caudillo, hacen que las gentes lo miren con evidente simpatía. Sin embargo, su gira no tenía el propósito de magnificar su figura, sino de cumplir tareas que se desprenden del ejercicio de su magistratura y esto es una cuestión que se observará luego de un corto tiempo. Mientras tanto, se puede afirmar que Moreno ha dejado en la vieja y culta Europa una imagen positiva y ha establecido para las inversiones un camino en el que se ha privilegiado la seguridad jurídica, lo cual mereció el aplauso de los posibles inversionistas.