LA LIMPIEZA del Bolillo Gómez
EL DATO Polémica. El técnico negó que pidiese a Vinicio Luna y Tinto Acosta y aseguró que no van a estar dentro del trabajo de la Federación. El nuevo seleccionador apostó por un discurso desenfadado y conciliador en su presentación en busca de su objetivo: la unión
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Con risas de fondo, bromas y alguna indirecta inició Hernán Darío Gómez su segunda experiencia al mando de la selección ecuatoriana. Su fuerte es el discurso y en eso basó su puesta de largo, consciente de que debe apagar fuegos, unir un camerino “evidentemente” alejado de la dirigencia y elevar el nivel de un grupo que ganó por última vez el 15 de noviembre de 2016.
Su principal objetivo es la unión, palabra repetida hasta en diez ocasiones en la conferencia de prensa en boca tanto del propio Bolillo como del presidente de la Federación, Carlos Villacís. Entre ellos dos también deberá existir, teniendo en cuenta que en el pasado tuvieron diferencias e incluso el técnico lo tachó de “nefasto” para el fútbol tricolor.
“Que vuelva a retumbar el ‘sí se puede’ que inició con el Bolillo. Para ello será necesario estar todos unidos como entonces”. “No es fácil ir al Mundial, sé que tengo que meterle los cinco sentidos porque no quiero perder el amor que me tiene Ecuador”.
Ayer, al menos públicamente, no se abrazaron. Sí intercambiaron algunas sonrisas en la entrega de la camiseta y el dirigente lo alabó constantemente. “Es un ecuatoriano más porque su corazón quedó para siempre impregnado por el amor a nuestra camiseta”, inició Villacís, quien pidió que “dirigencia, cuerpo técnico, jugadores, prensa y afición” se den la mano para no solo clasificar a Catar 2022, sino “para hacer historia allá”.
En ese punto apareció la primera discrepancia. El Bolillo torció el gesto ante estas palabras y aguardó hasta el final de su intervención para mandar el mensaje: “La historia de Ecuador no es la que todos creen tener, vamos a ponernos un poquito más humildes. Ir al Mundial no es algo fácil”.
Fue la única grieta de la rueda de prensa, junto a una crítica hacia un periodista por cuestionar que Panamá no ganó un solo partido en toda la Copa del Mundo de Rusia. El resto, risas y una continua mención a los sentimientos.
En ese sentido, y recordando que el papel de un seleccionador “no es formar jugadores” sino encaminarlos hacia “la gloria”, el DT habló de “limpiar” el camerino y todo el entorno de la selección nacional. “A los técnicos no los contratan cuando un equipo funciona, sino cuando hay que resolver problemas. Y yo esto lo sé. Vamos a tratar de llegar muy limpios a la eliminatoria”.
Ya se ha puesto en marcha. Ayer no se habló de fútbol (ninguna mención táctica o del estilo de la Tri). Ayer se buscó el acercamiento con los periodistas presentes (les pidió ser amigos o al menos buenos compañeros), los dirigentes de los clubes, a quienes mandó varios guiños de cariño asegurando que respetará sus necesidades, y a una afición a la que le pidió “respeto, unidad y cariño”.
Tanto Villacís como el seleccionador pusieron su reto en Catar 2022. Antes (2019) hay una Copa América en Brasil, que Bolillo considera “buenísima” para “conocer y dar información a los jugadores” de cara a las eliminatorias. Llevará “muchachos que se sumen y la base que tiene Ecuador” en un claro proceso a medio plazo.
La próxima inauguración de una Casa de la Selección en Daule y el bajo número de seleccionados que actúan en la altura abrió el debate de jugar las eliminatorias en Guayaquil. El nuevo timonel de la Tri aceptó que “hay que analizar todo, también esta cuestión”, aunque no quiso dar mayores valoraciones.