Los barcos chinos y el dominio marítimo de Ecuador
La III Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar se considera como el instrumento jurídico más completo que se ha suscrito en la historia de la humanidad. En ella se legisló sobre los océanos que ocupan las dos terceras partes de nuestro planeta y el cincuenta por ciento corresponde a altamar, de libre navegación para todos los Estados.
Ecuador, que sostuvo la tesis de las doscientas millas de mar territorial, prácticamente no logró ningún apoyo, pero la delegación de nuestro país, presidida por un sabio jurista y diplomático, el Dr. Luis Valencia Rodríguez, consiguió formar un grupo que se denominó ‘territorialista’, que luchó para conseguir que en los artículos que se redactaron, en lo que se llamó la Zona Económica Exclusiva, se incluyeran derechos que poco la diferenciaban del mar territorial, el mismo que quedó de doce millas, de soberanía absoluta, de parte de los Estados costeros, condicionado a permitir el ‘paso inocente’ de barcos de cualquier nacionalidad. EL MAR ECUATORIANO. Una vez que Ecuador se adhirió a la Convención del Mar (Convemar) nuestra zona marítima quedó integrada así: doce millas de mar territorial; doce millas de zona contigua, contadas de las líneas desde donde se mide el mar territorial; plataforma continental de 200 millas; Zona Económica Exclusiva, igualmente medida desde donde se mide el mar territorial; y fondos marinos, que son patrimonio común de la humanidad, siendo miembros de la Autoridad de los Fondos Marinos, que los administra.
En cuanto a la Zona Económica Exclusiva, que en el caso de Ecuador se cuenta tanto en la parte continental como en las islas Galápagos, tenemos derechos de soberanía para fines de exploración y explotación, conservación y administración de los recursos naturales (tanto vivos como no vivos) de las aguas suprayacentes al lecho y del lecho y el subsuelo del mar y otras actividades como la producción de energía derivada del agua, de las corrientes y de los vientos. Además, tenemos jurisdicción en el establecimiento y la utilización de islas artificiales, instalaciones y estructuras; investigación científica marina; la protección y preservación del medio marino y otros derechos previstos en la Convención. Eso sí, se permite la libre navegación y el libre sobrevuelo en esta zona a las naves de cualquier nacionalidad. LA FLOTA CHINA. La Armada del Ecuador procedió a apresar y a sancionar a un barco chino que estuvo pescando en la Zona Económica Exclusiva ecuatoriana. Sin embargo, ahora una enorme flota del país oriental se ha hecho presente en los límites, entre la Zona Económica Exclusiva y altamar, donde, como dijimos, existe la libre navegación.
Nuestra Marina está vigilando permanentemente a la flota china, pero por desgracia nuestra riqueza pesquera está constituida especialmente por especies migratorias, las cuales antes de entrar a nuestras aguas pasan por altamar y es allí donde los chinos pescan señalando que no están violando nuestros derechos soberanos. Se trata de ‘viveza criolla’.
Aunque existen acuerdos parciales entre países vecinos para impedir la pesca indiscriminada de muchas especies en peligro de extinción, estos rigen para los Estados que los suscribieron y es por eso que los pescadores chinos se aprovechan y obtienen recursos pesqueros que van a penetrar a nuestras aguas.
Nuestra Armada tiene que seguir vigilando a un costo sumamente elevado. Se nos ocurre que, por los medios diplomáticos, se logre llegar a un acuerdo. Otra fórmula podría ser cobrar por lo que pesquen en nuestra Zona Económica Exclusiva, disposición que sí está contemplada en nuestras leyes.
Ojalá que aumente nuestra flota pesquera y pueda aprovechar la riqueza que poseemos. Para ello es necesario que la Dirección de Marina Mercante cambie su política y no ponga tantas exigencias burocráticas para permitir la importación de barcos, a fin de que usen nuestro pabellón.
Todavía no hemos aprovechado los recursos que existen en la plataforma continental. Entiendo que algo se está haciendo para ver si existe una plataforma marina más extensa por las islas Galápagos. Por tal razón quiero recordarle a nuestro gobierno que en la Convemar se creó la Comisión de Límites de la Plataforma Continental, organismo que puede darnos asesoramiento científico y técnico gratuito y preparar los datos que sirven para la aprobación de una plataforma continental de más de 200 millas.