MARCO LÓPEZ “Hubo 10 años de su modelo, ahora deberían estar callados”
− Es usted el segundo en entrar al Gobierno de entre quienes criticaban el rumbo económico anterior, ¿cree que su nombramiento es una forma de reconocer las propuestas del Foro Económico que usted integraba junto a otros analistas? − No, yo creo que la decisión de seleccionarme para la Junta Monetaria y Financiera se sustenta más bien en mi hoja de vida. Es un cargo muy técnico, más que político, y yo tengo experiencia en ese campo. Creo que uno de los mayores actos de corrupción que se pueden cometer es aceptar un puesto para el que uno no está preparado. No es mi caso. Por otro lado, las propuestas del Foro iban más hacia la política económica y esta es una posición técnica. − Voces del Gobierno anterior cuestionan insistentemente que el Ejecutivo de Lenín Moreno esté cediendo la gestión económica a los opositores y al sector privado crítico... − Ellos tuvieron 10 años para demostrar su modelo. Han tenido el periodo más largo de estabilidad política y democrática. Lo tuvieron todo y hoy lo que encontramos es que no hay respuesta para nada. Deberían pedir disculpas. Callados se defienden mejor. − ¿Cómo se fraguó entonces su nombramiento para la Junta? − Fui invitado por el ministro de Finanzas a colaborar con el Gobierno y se puso a consideración mi nombre como representante del presidente en la Junta. − ¿Ha recibido alguna indicación presidencial para ejercer? − Realmente no hemos tenido un contacto, una relación personal. Y me siento cómodo así, eso abona a la independencia. Además, mi nombramiento responde a mi hoja de vida, tengo el perfil que coincide con el puesto. − La Junta Monetaria se creó en el Gobierno anterior y fue un brazo ejecutor de medidas que no siempre trascendían. ¿Cuál es la función de ese ente? − Antes existía el directorio del Banco Central, la Junta Bancaria y el Consejo Nacional de Valores. Los tres se unificaron en la Junta, que abarca temas de regulación financiera, monetaria, algo de política cambiaria... El principio básico es proteger al usuario del sistema financiero y precautelar la salud de ese sector, que es el más delicado porque por ahí se mueve la liquidez que es vital para la economía. − ¿Está en sus planes impulsar desde su cargo que las entidades financieras ayuden al Gobierno con liquidez? − Los recursos de los bancos son los depósitos de sus clientes y no tienen esa función, sino la de dar créditos. Sería un paso suicida intentar succionar esa liquidez. En cualquier caso, el tema sobre cómo financiar al Estado está en manos del Comité de Deuda, no de la Junta Financiera. − El Gobierno anterior utilizó al Banco del Pacífico, mediante una triangulación con el IESS, para ese fin, como si fueran inversiones de la entidad... − Debemos descartar que el Estado se financie con depósitos monetarios. Técnicamente no es viable estando en dolarización. Sobre las inversiones que hagan los bancos, como regulador, revisaré que las transacciones se apeguen a las características financieras y a las necesidades del país, para evitar cualquier simulación. − Pero entonces, ¿no se descarta que los bancos financien al Gobierno mediante papeles? − Creo que hay otras maneras de financiarse, a través del mercado de valores. No se ha dinamizado y es una tarea pendiente. Es una herramienta muy fuerte para obtener recursos. Mediante ingeniería financiera se pueden estructurar productos que tengan buena calificación y consigan buenas condiciones, aunque el emisor no la tenga. − Es decir, que Ecuador, teniendo mala calificación como Estado, podría ofrecer activos que por sí mismos estén bien calificados y así obtener financiación con buenas condiciones. ¿Es así? − Sí, por ejemplo, desendureciendo la cartera del Biess o del BEDE (Banco de Desarrollo del Ecuador). Se pueden empaquetar sus carteras. Pero no se entregan esos activos sino que se ponen en contingencia, como garantía para colocar papeles. El riesgo de Ecuador queda cubierto. Pero insisto, eso depende del Comité de Deuda. Solo son ideas que llevamos para tratar de llevar al país por la senda adecuada.
Aceptaresta posiciónesunriesgo, porquesalgodeser analistayestar criticandoaponerlas castañasalfuego. Personalmente,nohe defendidounajuste drásticodegasto. Hayalternativasante eldéficit,peroesono dependedelajunta.
− ¿Sabe si multilaterales como el FMI van a conceder recursos para cubrir lo que queda de año? − Todavía no estoy inmerso en el día a día. Hablar con los organismos internacionales es un paso que debe darse. Pero en todo caso, insisto en que hay alternativas en el mercado de valores. − ¿Y los ajustes al gasto público que tanto defienden analistas y el sector privado? ¿Por qué, al llegar al Gobierno, no aplican la receta que se defendía antes? − En lo personal no he sido partidario de un ajuste drástico porque eso tiene un costo social, ya que, en dolarización, el ajuste solo puede ir por la vía del empleo. El objetivo es cerrar el déficit total y eso se puede hacer bajando el gasto, aumentando los ingresos o ambas. Pero la pregunta del ajuste es para el ministro de Finanzas porque mi función no es de política económica. Es más técnica, que no tiene bandera política.