Los barcos extranjeros tendrán mayor apertura para descargar y vender su atún
Se busca garantizar el abastecimiento, pero la medida genera recelo
La oferta atunera de los barcos de bandera extranjera que operan en el país podrá destinarse ya no solo a una industria, sino a varias empresas procesadoras que requieran del producto. Así lo dispone un acuerdo del Ministerio de Acuacultura y Pesca, firmado el mes pasado, con el fin de garantizar el abastecimiento del insumo en el país.
Ecuador tiene una capacidad instalada para procesar unas 500.000 toneladas de atún, 200.000 de las cuales son provistas por barcos foráneos, mediante los acuerdos de asociación pactados entre el barco exportador y la industria local. Con esta nueva disposición, el Ministerio aclara que los barcos seguirán entregando “de forma exclusiva” la carga a la empresa asociada, pero que por “estrategia comercial” esta ahora podrá disponer la descarga en cualquier puerto y vender el 100% de la oferta a cualquier otra empresa. Un proceso que, se aclara, se podrá concretar, “previa justificación pertinente” y autorización de la Subsecretaría de Recursos Pesqueros.
Rafael Trujillo, director de la Cámara Nacional de Pesquería, menciona que la medida permitirá que las industrias trabajen con mayor eficiencia y que puedan asegurarse así una provisión de recursos. “Si en determinado momento la empresa llega a tener sus bodegas frigoríficas repletas, ahora podrá colocar ese pescado en otra parte”, dice. No obstante, en el sector pesquero también hay recelo, pues se teme que una mayor apertura a la oferta foránea termine afectando los niveles de participación y venta en el mercado. Trujillo reconoce que existe este riesgo si esta medida, explica, llegase a generalizarse y no se aplica realmente en casos excepcionales. “Por ello es importante, que sea una excepción a la regla y no una regla general porque sino estaríamos regalando al barco extranjero la posibilidad de pescar en aguas ecuatorianas”. Eso, dice, afectaría la competencia del pescador local que tributa dentro del país.
Para Pilar Proaño, exviceministra de Acuacultura y Pesca, aún hace falta que la autoridad aclare las excepciones en las que se podrá hacer la descarga y venta, pero también la forma en cómo se garantizará que los contratos de asociación se sigan respetando. Estos, dice, ayudan al país a garantizar su cadena de trazabilidad. “Se debería ser mucho más exi- gentes en los procedimientos de control. La industria que se asocia debe cumplir muchos requisitos para esa asociación: entre ellos el controlar de dónde proviene la pesca para evitar capturas ilegales”.
LA FRASE Es importante que la medida se aplique solo en ciertas excepciones y no como una regla general.