Los toros embolados de España capean la crispación
Se enfrían las tensiones vividas entre peñistas y animalistas
quedado atrás el trucuhalento
seguimiento que generaban los ‘correbous’ (toros embolados o con dos bolas de fuego en sus astas) en temporadas anteriores, cuando la presencia policial se hizo imperativa y los colectivos animalistas incluso llegaron a tener un lugar reservado en las gradas de las plazas para poder grabar los festejos sin exponerse a ser insultados por los exaltados defensores de los correbous.
Los peñistas y agrupaciones taurinas celebran este clima de “tranquilidad”, pero lamentan las denuncias que siguen recibiendo en su contra. Los animalistas niegan haberse rendido.
El colectivo Anima Naturalis promueve una campaña internet, ‘Yo estoy en contra de los correbous’, mediante la cual busca apoyo para instar al Parlamento a que legisle para finiquitar los correbous.
La asociación apunta que es menester terminar “de una vez por todas” con las tradiciones que incluyen maltrato de animales, “sin excepción de los correbous”. El objetivo está fijado en cosechar 70.000 firmas, pero la campaña aún no ha alcanzado las 55.000 adhesiones. Aïda Gascón es la portavoz de Anima Naturalis.
Su presencia, junto con la de otras compañeras, en las improvisadas plazas de toros de las Terres de l’ebre, situadas al sur de Cataluña (España), generó fuerte controversia por el disgusto que causaba entre los taurinos que Anima Naturalis se dedicara a grabar enteramente las capeas y otros festejos, como los bous embolats, modalidad que consiste en prenderle fuego a dos bolas que van incrustadas en los cuernos del toro, o los bous capllaçats, donde se ata al animal con una soga y se le pasea al trote por las calles.
EL DETALLE Hecho. La Asociación Contra la Tortura y el Maltrato Animal presentó recientemente dos denuncias contra las fiestas de Alcanar.