El Premio Eugenio Espejo
Pareciera paradójico que a una dictadura militar le hubiese tocado fundar el Premio Nacional de la Cultura que, con toda justicia, fue bautizado con el nombre de ese “médico duende”, Eugenio Espejo, que a más de haber sido un médico adelantado para su época, fue el que también se anticipó en la lucha independentista, en el primer periódico que apareció en la Colonia en lo que después sería la República del Ecuador. Pero esa dictadura, felizmente no sangrienta ni despótica -como las que en los años 70 del siglo pasado aparecieron en la geografía americana-, bajo el mando del general Guillermo Rodríguez Lara (Bombita, como se lo apodaba criollamente) reconoció la necesidad de enaltecer a los gestores de la actividad cultural y el año 1975 creó el galardón que se ha mantenido ininterrumpidamente hasta la fecha. El primer galardonado fue esa gran figura de la cultura nacional, Manuel Benjamín Carrión, autor de las oportunas Cartas al Ecuador, en momentos en que la patria habría sufrido el desgarre territorial confirmado con el írrito Protocolo de Río de Janeiro, firmado en 1942.
Desde entonces muchas e importantes figuras que se han destacado en los campos del arte, la literatura, la ciencia y la promoción cultural han recibido el premio que se entrega cada 9 de agosto, fecha que se institucionalizó como Día Nacional de la Cultura. Entre ellos, Alicia Yánez Cossío, Alfredo Pareja Diezcanseco, Pedro Jorge Vera, Jorge Enrique Adoum, Nicolás Kingman, Agustín Cueva, Beatriz Parra, Fernando Tinajero, Abdón Ubidia, etc.
En esta ocasión tuve el alto honor y privilegio de recibir ese premio el pasado día jueves, en la Salón Amarillo del palacio de Carondelet, de manos del presidente de la República, Lenín Moreno. Me acompañaron dos distinguidas figuras: el doctor Marcelo Cruz, médico neurólogo, con profundos y vastos estudios en ese campo científico, y Enrique Males, un importante compositor y profundo conocedor y difusor de la música ancestral de nuestra patria chola, indígena, mestiza y montuvia.
Es indudable que un premio de esta naturaleza crea en mi persona el compromiso para seguir adelante en los bellos oficios de la poesía y el periodismo.
Eugenio Espejo, que a más de haber sido un médico adelantado para su época, fue el que también se anticipó en la lucha independentista, en el primer periódico que apareció en la Colonia ...’.