Diario Expreso

“No entramos a clases y llamaron a nuestros padres”

Anecdótas sobre fugas del colegio se generan sobre las fiestas patronales de Yaguachi ❚ El cantón recibe hasta 60.000 visitantes en los dos días de fiesta

- KARINA SILVERA G. silverak@granasa.com.ec ■ YAGUACHI

Fue una travesura de adolescent­es. Una anécdota en que la mayoría coincide: al regreso era la paliza o, los que salían mejor librados, recibían un regaño y la prohibició­n de salir; todo por andar libremente en las fiestas de San Jacinto de Yaguachi.

Marcos Ávila Castillo, de 41 años, recuerda que en dos ocasiones se fugó de su colegio, el Aguirre Abad, para ir a las fiestas de Yaguachi. No iba tanto por devoción, sino por conocer lo que tanto escuchaba de sus amigos. “La primera vez fuimos con un grupo de ocho compañeros, nunca entramos a clases, nos fuimos a la terminal. En la mochila guardamos las camisas del uniforme.

EL DETALLE Procesione­s. Dos caminatas junto a la imagen del santo polaco se realizarán hoy, la primera a las 15:00 y la segunda a las 20:00.

Yo tenía como 15 años y nos fuimos a los juegos mecánicos”. El hombre recuerda que alguien en su curso contó su hazaña a los maestros y estos llamaron a sus padres. “Al otro día no nos querían dejar entrar si no íbamos con nuestros representa­ntes. Para eso ya habíamos recibido la paliza en la casa por fugarnos”.

Las fiestas patronales que se celebran en el vecino cantón atraen a miles de personas que acuden por su devoción al santo polaco. La basílica catedral que se levantó en su honor recibe en sus misas a unas 60.000 personas, en los dos días más importante­s del festejo, 16 y 17 de agosto. Aunque la fiesta se prolonga durante todo el mes; y en la jornada la gente acude a bailes, y por comercio.

Lina Morán, que reside actualment­e en Sauces 2, recuerda que cuando era adolescent­e, junto a otras cuatro compañeras de un colegio fiscal, no asistió a clases para ir a las fiestas de Yaguachi, en 1994. “Ya se imaginará lo que sucedió cuando la inspectora general nos mandó un llamado para que nuestros padres acudan a justificar la falta; ellos ni enterados. No me dejaron salir por más de un mes y como castigo tenía que hacer la merienda todos los días. Yo tenía 15 años”.

Para Wimper Ramírez, quien vive en la 38 y Portete, la situación fue más sencilla porque él sí le había pedido permiso a su papá para ir a las fiestas. “Con tres amigos nos fuimos. No acudimos a clases, sino que nos fuimos a Yaguachi, a ver qué había, porque era bien sonado eso de las fiestas. Lo que nos falló fue que un inspector del colegio nos vio allá, y a mis compañeros con el uniforme -yo había llevado otra camisa- les cogió el nombre y al otro día mandó a llamar a los representa­ntes”.

Digna Figueroa, oriunda de Milagro, también acude a las fiestas desde que era una niña. Asegura que siempre lo hizo con sus padres. Y hoy, a sus 47 años, lo hace con sus hijos.

Mientras que Marjorie Caguana, de 20 años, lo hace desde hace cinco. Ayer, ella viajó desde Bucay, junto con su esposo David Quinde, su suegra y su pequeña hija, por la devoción al santo.

 ?? AMELIA ANDRADE / EXPRESO ?? Procesión. Desde los balcones, los devotos lanzan pétalos de rosas y confeti a la imagen de san Jacinto.
AMELIA ANDRADE / EXPRESO Procesión. Desde los balcones, los devotos lanzan pétalos de rosas y confeti a la imagen de san Jacinto.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador