Los oficios de antaño fueron homenajeados por artesanos
Los quehaceres tradicionales fueron parte de una exposición en Cuenca ❚ Polleras, macanas y artesanías en arcilla negra fueron algunas de las muestras
La pollera de la ‘chola cuencana’, elegante vestimenta de la mujer morlaca desde tiempos de la colonia, sobresale con sus colores y diversidad de bordados en hilo de oro.
A un costado están utilitarios en arcilla negra, aquellos que nacieron en la época cañari-inca. Es el tributo al arte milenario con lo mejor de los oficios ancestrales, puesto en la galería de la Casa de Cultura Ecuatoriana Núcleo del Azuay.
Las obras y trabajos sintetizan el talento de diez artesanos que producen las más finas manualidades, un oficio heredado de sus antepasados y que se resisten a perderlo.
El evento de exposición se realiza al conmemorar un año de vida de la Galería de Oficios, espacio dedicado al fortalecimiento de las artes milenarias.
Las polleras son obras de Zoila Oliva Cabrera, una artesana de 68 años, convertida en la única diseñadora de trajes típicos y ancestrales con aquellos mismos elementos que eran utilizados en los años 1560.
Aseguró, además, que el bordado a mano lo hace desde que era niña.
Con sus expertas manos, pelo corto y tinturado para esconder las canas, Oliva explicó que el bordado a mano lo aprendió en la escuela y lo perfeccionó junto a sus ancestros, por lo que se siente orgullosa de haberlo heredado y mantener el oficio. “Será hasta la muerte”, indicó la artesana con algo de tristeza y nostalgia al saber que sus descendientes no seguirán con el oficio.
Carmen Maldonado, de 35 años, oriunda del Carmen de Bullcay, jurisdicción del cantón Gualaceo, a 36 kilómetros de Cuenca, es otra de las expositoras. Ella heredó el arte de tejer macanas en un telar de cintura, herramienta antigua y con hilos y colorantes naturales, sacados de la misma naturaleza.
Es una herencia familiar. El arte va desde el telar, que es hecho por ella misma con palos de eucalipto. Con ayuda de sus manos entreteje los hilos para dar forma a la colorida macana, prenda muy utilizada por las mujeres de la ruralidad.
Se usa también un desmadejador en forma de pirámide, hecho con carrizo, colocado sobre un balde encementado para darle firmeza. El desmadejador sirve para desenredar las madejas, expresó Carmen, mientras iba anudando unos hilos para dar color con elementos obtenidos naturalmente del nogal, limón, cebolla y otras plantas.
Los utilitarios hechos y elaborados en arcilla negra son el trabajo de Alejandro Rivera, nativo de Chordeleg. Tiene 32 años y 22 con el oficio, el cual aprendió por necesidad. Se ha convertido en uno de los únicos 6 alfareros azuayos hacedores de utilitarios de cocina en arcilla negra.
Se ha especializado en hacer ollas, tazas, platos, cazuelas, medianos (platos más grandes), objetos que han ido desapareciendo con el surgir de los utensilios de cerámica, loza y aluminio.
Usa un molde y un torno de pie, muy antiguo y modesto, para moldear a mano la arcilla, dar la forma a los objetos y colocarlos luego en un horno para el cocido. Finaliza con el abrillantado natural de los utilitarios.
Los objetos en hierro forjado, tejidos en lana de borrego y la cestería, tuvieron también su espacio como parte de la identidad ancestral de Cuenca y el Azuay, en un evento que contó con la presencia y demostraciones de sus hacedores, organizado por la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay.
LA FRASE Soy la única que viste a la chola cuencana auténtica, heredé la actividad de mis bisabuelos.