Migración segura en cambio climático
La humanidad está en movimiento. Vivimos en una época de movilidad de ideas, dinero y, cada vez más, de personas, sin precedentes. El inmenso tamaño de la población humana, combinado con la forma en que consumimos los recursos, está condicionando profundamente a nuestro mundo. Nuestro modelo económico de “consumir y desechar” ha enriquecido a cientos de millones en muchos países, reduciendo de manera importante la pobreza global, pero también dejando a demasiada gente atrás. Un asunto crucial es que expone a las futuras generaciones a enormes riesgos sociales, económicos y ambientales. Quizás el riesgo más importante se origine en que estamos llenando la atmósfera con gases de invernadero a una velocidad mayor que en los últimos 66 millones de años.
Mil millones de personas hoy son migrantes, tras desplazarse dentro o más allá de las fronteras de sus países. Lo han hecho por una variedad de complejas razones, como la presión demográfica, la falta de oportunidades económicas, etc. Estos factores contribuyen al desplazamiento y la migración humanos en condiciones inseguras, a una escala nunca antes vista y que no hará más que empeorar a medida que los efectos del cambio climático socaven gradualmente las condiciones de vida de millones de personas. En esencia, el cambio climático está redibujando el mapa de dónde puede vivir la gente. El abastecimiento de alimentos se está interrumpiendo en la región del Sahel, en el norte de África, y en Centroamérica, y el estrés hídrico y la escasez de agua están empeorando en Oriente Medio y de igual forma en el norte de África. En Somalia se están viviendo sequías más frecuentes, e Irak se enfrenta a más olas de calor. Tormentas e inundaciones sin precedentes han asolado al Caribe y al Golfo de México. Y a medida que se normaliza lo que antes era anormal, se harán más comunes los periodos de escasez, la competencia de suma cero y los desplazamientos en masa. Pese a todo, tratamos de mejorar la manera en que hacemos frente a los desastres. Por primera vez en la historia, la comunidad internacional está creando un marco para abordar la migración internacional. Las negociaciones entre gobiernos dieron paso en febrero a un Pacto Global para la Migración Segura, Ordenada y Regular (GCM), que promete ser un sólido marco de medidas para la migración causada por el cambio climático. Una vez que se adopte formalmente el plan, es de esperar que este nuevo marco eleve los beneficios de los viajes e intercambios internacionales y se dé respuesta acerca de la migración no regulada. También tendremos que hacer todo lo posible por reducir radicalmente las emisiones de gases de invernadero.
La noticia reciente de que el dióxido de carbono atmosférico hoy supera las 410 partículas por millón debería servir como llamada de atención. Necesitamos con urgencia usar los recursos con mayor eficiencia, adoptando métodos de consumo y producción sostenibles y cambiando radicalmente nuestro modelo económico. El 2018 nos presenta una oportunidad única de pensar y planificar para las décadas futuras, redoblando las medidas sobre migración y medioambiente. Sobre todo, necesitamos líderes visionarios y dispuestos a arreglar un problema que ya está entre nosotros y del que somos enteramente responsables.
Si manejamos nuestro ambiente de manera sostenible, tendremos mejores oportunidades de garantizar la dignidad, los derechos y las perspectivas de los migrantes .... ’.