Edificio en llamas
“Si te ‘roban’ tu trabajo es porque algo estás haciendo mal”. Bajo este argumento algunos buscan -desde la comodidad de las redes- defender la mano de obra extranjera frente a la nacional. Tomemos como ejemplo a Cúcuta. La mano de obra venezolana llega a ser un 63 % más barata que la local. Consecuencia: 130.000 colombianos han perdido su trabajo. Esto nos demuestra: (i) el miedo a la migración masiva no es imaginario y (ii) la magnitud de la tragedia venezolana, para aceptar trabajar sin horarios. Hay otro aspecto elemental a tomar en consideración: la seguridad. ¿Sabemos quiénes están cruzando la frontera? Deberíamos. Especialmente cuando proceden del país con mayor índice de criminalidad en América Latina. La respuesta fácil: que paguen justos por pecadores. La lógica detrás del Gobierno es la siguiente: si dificultamos el proceso, impediremos la entrada de futuras amenazas. Ahora, explico por qué es inmoral e ilegal este planteamiento. Inmoral por la incongruencia. Recordemos que (i) somos un país que vivió el éxodo: los ecuatorianos tocaron puertas y el país se salvó por sus remesas; (ii) fuimos los primeros en indignarnos por la política de Donald Trump ante la migración. No nos costó mucho seguir su ejemplo de destilar odio. Pero no solo es incorrecto por la doble moralidad. Es incorrecto porque cuando un edificio se quema, la puerta de escape no se cierra. Y es ilegal: atenta contra los principios de nuestra Constitución y contra la Ley Orgánica de Movilidad Humana (art. 84). Entonces, ¿me contradigo? ¿Por qué empecé hablando del trabajo y la seguridad? Porque lo uno no quita lo otro. ¿Se necesita un esfuerzo regional? Pues háganlo. ¿Antecedentes penales? Pídanlos. El pasaporte no pinta aquí. Lo que necesitamos -a gritos- es seriedad y preparación. Nuestro ministro afirmó que el decreto es legal porque en Chile sí se pueden aplicar esas medidas, ignorando que la ley (me encantaría poner lo siguiente en mayúsculas): es nacional. Si ese fue el nivel de experticia para una entrevista, no quiero imaginar el que se habrá puesto para algo un poco más demandante, como la peor crisis migratoria regional de la historia.