La mujer en la revolución digital
Las tecnologías digitales son una espada de doble filo para las mujeres del mundo. El mayor acceso de los hombres a ellas pone a las mujeres en riesgo de quedar todavía más marginadas en lo económico y social, pero si logran aprovechar todo su poder, se les abrirán nuevas y vitales oportunidades. Según estimaciones de la GSM Association, el acceso de las mujeres a internet y teléfonos móviles es en promedio de cerca de un 85 % del nivel de los hombres, y un total de 1,7 mil millones de mujeres de países de ingresos bajos y medios no están conectadas, lo que limita seriamente las perspectivas de este género. Las tecnologías digitales mejoran el acceso de las mujeres a las finanzas, pues la banca móvil les permite evitar largos desplazamientos a una sucursal o cajero automático. De manera similar, la atención de salud a través de la tecnología por teléfono o tableta mejora su salud, ya que llega a mujeres incluso de las áreas más remotas, ahorrándoles un viaje largo y a menudo riesgoso para ver un doctor. El potencial de ahorro de tiempo de las tecnologías digitales es tan grande que puede marcar la diferencia para las mujeres que buscan empleo remunerado. Hoy en día, ellas realizan tres cuartos de todo el trabajo no remunerado, generando un producto de cerca de $10 billones, o un 13 % del PIB global, nada de lo cual se traduce en ingresos, por no hablar de poder económico. Por su naturaleza, las actividades de comercio electrónico y basadas en tecnología ofrecen a las mujeres más flexibilidad y autonomía, ayudándoles a manejar las responsabilidades del hogar junto con el trabajo remunerado. El empoderamiento económico femenino es bueno no solo para las mujeres que se benefician. El Mckinsey Global Institute (MGI) ha estimado que avanzar en la igualdad de género podría añadir $12 billones al año a la economía mundial para 2025. Una mayor diversidad de estilos de liderazgo mejora la calidad de la toma de decisiones. Si se les da la oportunidad, las mujeres podrían ser innovadoras líderes en la era de la automatización y la inteligencia artificial, y podrían ayudar a que los algoritmos carezcan de sesgo de género. Sin embargo, existen barreras importantes: a menudo las mujeres y niñas carecen de manera desproporcionada de las capacidades necesarias para aprovechar las oportunidades de la era digital. Está en juego su capacidad de resistir a la ola de automatización que se aproxima. Los puestos más vulnerables son los que requieren menores habilidades y pagan menos, y que es más probable que desempeñen las mujeres. Si bien la automatización arriesga interferir con muchos empleos (y tareas al interior de ellos) tanto de hombres y mujeres, también quita parte de su monotonía y los adapta a las habilidades humanas. El resultado podría ser mayores sueldos que contribuyan a la creación de más empleos a medida que aumente el gasto. Las economías emergentes serían las más beneficiadas. Entre los nuevos empleos que se creen habrá muchos en educación y sanidad, donde tradicionalmente las mujeres han destacado. Para proteger y mejorar las perspectivas laborales y de ingresos de las mujeres habrá que actualizar sus habilidades para que puedan aprovechar las nuevas y cambiantes oportunidades que vaya creando la actual revolución digital. El éxito de las mujeres en el comercio electrónico demuestra el poder de las tecnologías digitales para nivelar el terreno de juego económico en beneficio de las mujeres individuales, sus comunidades y sociedades, y de la economía mundial. Que haya más mujeres con empleos tecnológicos sería positivo para todos.
...las actividades de comercio electrónico y basadas en tecnología ofrecen a las mujeres más flexibilidad y autonomía, ayudándoles a manejar las responsabilidades del hogar junto con el trabajo remunerado’.