Machachi reafirma su fe en la Churonita
Todos los años los priostes reciben a los fieles para los rezos
Una banda popular arranca melodías a sus instrumentos, mientras los rústicos juegos pirotécnicos se enrumban hacia el cielo.
La algarabía se vive en las calles de Machachi, capital del cantón Mejía, al oriente de Quito, donde hay una devoción infinita. Los pobladores dirigen sus plegarias a la Virgen de El Cisne, santa muy popular y milagrosa en la zona sur de la Sierra ecuatoriana.
En este sector del oriente de Pichincha, la fe no decae y siempre le dedican nueve días para adorarla.
Cada año, los fieles se congregan en la casa de alguno de los priostes elegidos. Generalmente se recurre a la bondad de nueve familias para que presten sus hogares para los rezos, cuentan los moradores.
La novena empieza alrededor de las 16:00, la imagen de La Churona llega al domicilio designado y la gente se encarga de ponerle sus mejores galas.
Las plegarias se hacen con padrenuestros, avemarías y peticiones que evoquen la religiosidad del pueblo.
Se pide por todos, que haya salud y que un milagro llegue a quienes le entregan la devoción a la Virgencita.
Un ejemplo de esa entrega es la de la familia Cadena Guanochanga, la cual señala que la patrona católica les hizo un favor celestial. Una de sus integrantes tenía un problema en su cadera desde que nació. “Nos decían que debíamos hacerle operar de manera urgente. Un doctor nos explicó que podíamos llevarla a un tratamiento, pero no había esperanzas”, comentó Carmen Guanochanga, madre de una jovencita de 11 años.
Fue entonces que imploraron a la Virgen de El Cisne por su salud. Al poco tiempo, la dolencia fue desapareciendo, dejando de lado la opción del tratamiento quirúrgico.
Es por eso que cada año esta familia no pierde la oportunidad de acompañar en las procesiones a la Virgen milagrosa.
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