Una ONU dividida habla por primera vez de Nicaragua
EE. UU. compara la situación de este país con la de Venezuela
Dividido, el Consejo de Seguridad de la ONU abordó ayer por primera vez la crisis en Nicaragua, con EE. UU. y sus aliados, denunciando las acciones del Gobierno de Daniel Ortega y con países como Rusia acusando a Washington de injerencias.
“El Consejo de Seguridad no puede ser un observador pasivo mientras Nicaragua sigue descendiendo hacia un Estado fallido, corrupto y dictatorial”, defendió Nikki Haley, la embajadora estadounidense.
EE. UU., que impulsó la cita aprovechando que este mes preside el Consejo de Seguridad, comparó la situación de Nicaragua con la de Venezuela, un caso que sin mucho éxito ya trató de introducir el pasado año en la agenda del máximo órgano de decisión de la ONU.
La representante estadounidense ante Naciones Unidas fue la más crítica con el Gobierno de Ortega, pero otros países denunciaron también la represión y expresaron su preocupación por el alto número de víctimas registrado desde el inicio de las protestas el pasado abril.
La mayoría del Consejo insistió en la necesidad de diálogo para que Nicaragua pueda superar la crisis y respaldó las gestiones de la Organización de Estados Americanos (OEA).
La canciller nicaragüense, Denis Moncada, dijo que la reunión constituye una “injerencia” y una “violación” del derecho internacional.