Cuadros en la oficina
“Un príncipe que no es sabio no puede ser bien aconsejado y, por ende, no puede gobernar”. Regla de oro de Nicolás Maquiavelo. Releerlo nunca está de más. Especialmente si ejerces el puesto de primer mandatario y necesitas consejos sobre cómo componer “tu corte”. Capítulo XXIII de El Príncipe. Trump debería imprimirlo, agrandarlo y enmarcarlo. Especialmente después de lo ocurrido esta semana. Un editorial en su diario favorito: The New York Times. Uno de los tantos que lo critican. ¿Por qué sería este diferente? Por una razón: de dónde viene. El título del artículo es suficiente para entender lo delicado de la situación. “Soy parte de la resistencia dentro de la Administración Trump”. Según el artículo (autor anónimo, que afirma ser Senior Administration Official), dentro de la Casa Blanca se ha confirmado una especie de comité que busca boicotear la agenda del presidente. Trabajan en silencio. Retiran documentos antes de su firma. Editan. Destruyen. Especialmente en política exterior. La idea de un “complot desde adentro” ha paralizado a América. Lo interesante ahora es qué va a ocurrir. Escenario 1: ¿va a iniciar un proceso judicial Trump vs. The NYT? En otras palabras, ¿puede exigir que revele su fuente? En primera instancia, podría. Después de todo esa confesión debería ser suficiente para exponer que la Seguridad Nacional está en peligro. Puede iniciar un capítulo nuevo en La Casa Blanca vs. La prensa. Pero, ¿le conviene? No tanto. ¿Cómo valoraría el electorado su liderazgo e inteligencia si no es capaz de encontrar “al traidor” entre sus filas y tiene que suplicar al periódico con un lastimero “ya dímelo”?. Pregunta de análisis #2: ¿esto es real? El valor de la fuente en la prensa estadounidense es altísimo. No se arriesgarían a publicar una noticia falsa. Perderían toda credibilidad. Y legitimarían el discurso trumpiano. La historia es real. Pero pongo en duda cuánto. Lo más probable es que estemos frente un funcionario alto que quiere sus 20 minutos de fama. O que encontró la mejor manera de empezar su vida pública. Tal vez la historia sea exagerada, pero el daño será real. Otra de las frases que deberían adornar la Oficina Oval.