El desgaste de las juntas le gana al plan de reposición
Las uniones de los puentes sufren un constante deterioro ❚ La colocación de asfalto no representa una garantía ❚ El Municipio anuncia una intervención
El puente de la avenida Las Monjas se suma a las infraestructuras con problemas en las uniones. Un considerable deterioro evidencia la junta de neofreno, en sentido oeste - este del viaducto que conecta el kilómetro 2,5 de la avenida Carlos Julio Arosemena con Urdesa Central.
Desde hace un mes, los vehículos están obligados a frenar en medio del paso, con el riesgo de ocasionar un choque o congestionar la arteria.
Otro puente que empieza a tener problemas con las uniones es el situado en las avenidas 25 de Julio y Ernesto Albán, a la altura de Las Acacias, donde hace dos meses el Municipio de Guayaquil efectuó los trabajos de recuperación de la carpeta asfáltica.
EL DETALLE A medias. Con la colocación de asfalto, como reparación provisional, se busca, en cierta manera, reducir los riesgos de afectación en la amortiguación.
Uno de los pasos elevados que evidencia el deterioro prácticamente en todas sus uniones es el de la avenida Pedro Menéndez Gilbert, a la altura del hospital de Solca, específicamente en sentido sur - norte.
Como parte de la reparación provisional, en el sitio se coloca montículos de hormigón, material que a las pocas semanas desaparecen producto de la carga vehicular.
Lo mismo acontece con el intercambiador de tránsito Flavio Alfaro (La Prosperina), por donde frecuentemente circulan automotores pesados.
Tampoco sirvió de mucho la intervención con similar proceso en las juntas en el puente del kilómetro 13,5 de la vía a Daule, convirtiéndose en un enemigo silencioso para los vehículos.
Las uniones en mal estado deterioran el tren delantero del automotor, poniendo en riesgo las llantas, lo que implica cambiar los amortiguadores y las puntas de eje.
En una entrevista que en abril del 2017 concedió a EXPRESO el director municipal de Obras Públicas, Jorge Berrezueta, indicó que el proceso para la adquisición del asfalto se postergó por una exigencia del Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop), que dificultaba la importación directa al Cabildo.