EL MERCADO
Hay épocas de más demanda de cirugía estética. Noviembre, diciembre y carnaval son las fechas clave. En agosto y septiembre vienen extranjeros a operarse.
La Sociedad Ecuatoriana de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Estética (Secpre) está intentando tomar medidas. El año pasado expulsó a uno de sus miembros por participar en un programa que ofrecía cirugías masivas a bajo costo y que fue objeto de demandas por el tipo de cicatrices, estragos y daños con los que habrían quedado algunos de sus pacientes. “Era partícipe de eso que sabía que no podía hacer. Dejaba a los pacientes operados y se iba. Lo denunciamos también ante el Ministerio de Salud”, dijo Sara Medranda, presidenta del gremio nacional.
Dice que ahora cuenta con un vídeo enviado por el familiar de un paciente, en el que se ve que un médico realiza estas cirugías “a un precio módico” en la sala de su casa. Le están haciendo un seguimiento para saber de quién se trata y si tiene título para poder denunciarlo. La Sociedad también ha enviado documentación a Panamá para responder las dudas de un grupo que consultó si un profesional que se promociona allá es especialista. Y no lo es.
Marcela Yépez, cirujana plástica especializada en Brasil y representante de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica en Ecuador, recomienda al paciente tomar precauciones para operarse con un médico y en un centro confiables (ver cuadro), algo que no siempre ocurre, pues muchas veces se dejan llevar por los precios. “Hay que dudar cuando una cirugía es barata. Es imposible que lo sea si se toma en cuenta que hay que pagar al cirujano, al anestesiólogo, al ayudante, al instrumentista, a la clínica...”.
En el país, la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud y Medicina Prepagada (Acess) es la entidad que tiene competencia administrativa y de control sobre los establecimientos que brindan servicios quirúrgicos con fines estéticos. Aclaran que cuando el tema es de tipo penal, pasa a la Fiscalía, donde se investigan casos como los de las mujeres que murieron en Guayaquil y Cuenca en la cirugía o de la modelo que falleció por similares causas a finales de 2016. En la Agencia y en la Fiscalía se reciben las denuncias (ver subnotas).
El mercado de la belleza es cada vez más grande en el país, pero no se conoce cuántas cirugías se hacen al año ni cuánto dinero mueven. El año pasado, se emitió el acuerdo ministerial 001-2017, un reglamento para “regular los servicios de salud que realizan procedimientos quirúrgicos con fines estéticos”. Allí se ordenó que se remita un reporte estadístico de los años 2014, 2015 y 2016 y se espera que esto permita contar con los primeros datos sobre este tipo de intervenciones, de las que solo se conoce que las de nariz, lipoescultura y aumento de mamas siguen siendo las preferidas.
Ese reglamento intenta regular también la publicidad que deberá ser aprobada por la Autoridad Sanitaria Nacional y que tendrá que incluir la advertencia: todo procedimiento quirúrgico implica un riesgo para la vida.
Mientras tanto, el gremio de cirujanos estéticos en Guayas está preocupado porque un grupo de médicos quiere acogerse a un acuerdo ministerial para ser reconocidos como especialistas sin haber hecho posgrado y aseguran que para ello es imprescindible tener tres años de residencia en cirugía general y un posgrado de tres años o cinco años de residencia en un hospital docente.
Ante estas situaciones, la recomendación es fijarse no solo en lo bueno que saldría de esa cirugía estética, sino también en ese lado feo.