Drama y chantaje económico
La resolución tomada por el presidente Trump, de cancelar las aportaciones que entrega a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos-unrwa, fue confirmada 31 de agosto por el Departamento de Estado, con la sugerencia de Netanyahu “para intensificar la presión diplomática sobre la autoridad palestina para que se siente a negociar la paz”, pero la paz que los “mellizos del mal”, parafraseando a G. W.. Bush, desean implantar neocolonialistamente de un contencioso heredado y no resuelto desde 1919. Esta decisión, que cuestiona la calidad y condición humana de sus ejecutores, se origina también por la resolución de Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, desconociendo las resoluciones de NN. UU. y el Derecho Internacional, y de trasladar la sede de su embajada a la ciudad en disputa. Las autoridades palestinas reaccionaron señalando que EE.UU. no es un Estado imparcial, y el presidente Mahmud Abbas agregó, que “si Jerusalén ha quedado fuera de la mesa de negociación, EE. UU. no tiene sitio en esa mesa”; luego hicieron un desaire al vicepresidente Pence, al negarse a recibirlo. Hay que señalar que el aporte norteamericano es de $ 360 millones y equivale a la tercera parte del presupuesto anual de la Unrwa; Washington es su principal contribuyente desde 1948. Pero es la primera vez que se usa el chantaje económico políticamente. Incluso, Netanyahu y Jared Kushner judío ortodoxo, yerno y asesor presidencialson partidarios de disolver la Unrwa, que focaliza su trabajo con la diáspora palestina más depauperada. Para el primero “solo sirve para perpetuar el problema de los refugiados y alentar su supuesto derecho al retorno”, mientras que para el segundo es “corrupta, ineficaz y de nula ayuda para la paz”. Mientras, la crisis humanitaria se sigue agudizando. Estas son sus estadísticas: peligra la escolaridad de 760 mil niños y los salarios de 22 mil profesores; mantenimiento de 143 centros de salud -que incluyen clínicas de salud mental y ambulatorios móvilescon más de 9 millones de visitas médicas; y los vales de comidas de los pobres de 60 campamentos.